Al poder consultar la receta de forma electrónica, se evitaría que los pacientes tengan que buscar al médico prescriptor para aclarar dosis, indicaciones y nombres de medicamentos en caso de dudas o si se pierde la receta.
Detalla que su implementación facilita el resurtimiento de las recetas de pacientes con enfermedades crónico-degenerativas, a quienes les suelen prescribir tratamiento hasta por tres meses. Sin embargo, deben ir cada mes por una nueva receta para que las farmacias de los hospitales públicos les entreguen los insumos.
“Te evitas ese desgaste de ese profesional que nada más va a prescribir un producto y de un paciente que tiene que desplazarse por él”, apunta.
Los registros que generen las recetas electrónicas aportarían información para un mayor control en la entrega de antibióticos y medicamentos controlados, y se calcularía adecuadamente la demanda de medicamentos en instituciones de salud, por zonas, hospitales y niveles de atención, asegura el también médico.
Antecedente: el recetario electrónico
En México ya existe un sistema de recetario electrónico, pero, hasta ahora, se usa únicamente para prescribir estupefacientes con fines médicos, como la morfina.
Los profesionales de la salud deben solicitar una autorización ante la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) para tener acceso a ese formato.
En algunas consultas privadas ya se utiliza también un formato de receta digital.
Los retos de la receta electrónica
A la espera de que esta iniciativa sea aprobada, otro reto que enfrentaría su implementación es la infraestructura de los hospitales del país.
Aunque en algunas instituciones, como IMSS, ISSSTE, y en los servicios de salud de Pemex, la Secretaría de Marina y la Secretaría de la Defensa Nacional, ya se utilizan formatos similares o ya cuentan con capacidades de prescripción electrónica, esta práctica no se ha extendido en todo el país, reconoce la propia iniciativa de reforma a la ley.