“Es una de las políticas más costo-efectivas. Sí va a disminuir el consumo del tabaco, no va a ser en tres meses ni en un año. Es una medida de largo alcance. Pero en dos años, tres años, va a haber cambios significativos, sobre todo en las nuevas generaciones”, subrayó en entrevista.
Además, sostuvo, el nuevo reglamento sigue las recomendaciones en la materia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y, desde 2008, el país se había comprometido a implementarlas.
El control del cigarrillo, su humo y emisiones es una política pública de salud fundamental, ya que el tabaco genera alta adicción y contiene alrededor de 4,000 sustancias, de las cuales 100 son cancerígenas, aseguró el ahora presidente de Refleacciona con Responsabilidad, asociación civil centrada en la promoción de la salud y la seguridad vial.
“Estas nuevas disposiciones benefician la salud física y mental de las personas y privilegian el interés superior de la niñez”, coincidió Carlos Gámez, jefe de la Oficina Nacional para el Control del Tabaco y el Alcohol de la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic).
Tabaco, principal factor de riesgo para enfermedades graves
La Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (Encodat) 2016-2017, última fecha de su actualización, arrojó que en México 17.6% de las personas de 12 a 65 años eran fumadores activos. Esa proporción equivale a 14.9 millones de personas, de los cuales 5.5 millones fumaban diariamente y 9.4 millones de forma ocasional.
La encuesta estima que en México mueren al año 43 mil personas por enfermedades atribuibles al tabaquismo, principalmente males cardiovasculares, cerebrovasculares, enfermedades respiratorias crónicas y cáncer de pulmón. Por ello, reducir el consumo de los productos de tabaco o nicotina protegería a las personas de enfermedades graves y costosas.