Ante el riesgo de la transmisión, también se debe llevar a cabo un manejo adecuado de la ropa de los pacientes, evitando sacudir sábanas y el uso de ventiladores. En las habitaciones no se debe utilizar escobas o limpieza en seco.
En dado caso que el contagio sea confirmado durante la lactancia, se recomienda que esta se retrase hasta que se cumplan los criterios para suspender el aislamiento. No obstante, se desconoce si el virus puede estar presente en la leche materna.
De acuerdo con la Secretaría de Salud, hasta el momento no existe tratamiento específico para la infección por el virus de la viruela símica.
El tratamiento deberá estar enfocado en antipiréticos y analgésicos y se debe evitar el uso de antibióticos como profilaxis para la infección bacteriana secundaria.
Para las lesiones orales, se recomienda indicar enjuagues orales, uso de antisépticos (clorhexidina) y/o anestésicos locales. Para las lesiones en genitales o ano, se recomienda los baños de asiento con agua tibia y bicarbonato de sodio.
Las lesiones siempre deben mantenerse limpias y secas.
El objetivo del tratamiento debe estar basado principalmente en aliviar los síntomas del paciente, garantizar el estado nutricional e hidratación adecuados, prevenir las complicaciones y ofrecer atención a la salud mental.