El Palacio Nacional –donde reside el presidente Andrés Manuel López Obrador– mantiene a su alrededor varias filas de vallas metálicas tipo reja para impedir el acercamiento, pero que ya son “normales” durante la presente administración.
Algunos comercios como restaurantes, bancos y oficinas de gobierno en Avenida Paseo de la Reforma, Avenida Juárez y en el primer cuadro de la ciudad, paso natural de las manifestaciones rumbo al zócalo capitalino, amanecieron tapiados con tablones de madera, sobre todo en ventanales y puertas.
La jefa de gobierno de la ciudad, Claudia Sheinbaum, fue cuestionada sobre el blindaje con vallas de tres metros, y expuso que se decidió esa protección como medida preventiva.
En conferencia de prensa, este viernes, la funcionaria explicó que se espera una movilización pacífica, pero ofreció dar detalles de los operativos después.
En redes sociales, el despliegue de protección ha sido cuestionado, entre otros, por el líder del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Jesús Zambrano, quien les llamó “las vallas de la ignominia”.
Estas, escribió en Twitter, subrayan “que este gobierno le teme más a las #mujeres y a sus demandas de igualdad sustantiva que a los grupos criminales. ¡Doblemente cobardes! #8M2022 #Dictadura #AmloMoralmenteDerrotado”.
El año pasado, durante las movilizaciones del 8M fueron vandalizados inmuebles del centro de la ciudad y hubo connatos de violencia.
En años anteriores han resultado agredidos fotógrafos y reporteros hombres y mujeres, así como elementos femeninos de la policía, desplegados durante las marchas del 8M.