¿Qué pasó en Pasta de Conchos?
Durante la madrugada del 19 de febrero de 2006, hubo una explosión en la mina carbonera de Pasta de Conchos, propiedad de Grupo México, el más grande del país en este sector. En el lugar quedaron sepultados 65 mineros a 490 metros de profundidad y dentro de un túnel de 1.6 kilómetros.
A los cinco días del siniestro, Grupo México declaró muertos a los mineros sin haber instalado un equipo de monitoreo que permitiera una ubicación precisa, y, con base en un supuesto informe técnico y científico, señaló que no había "posibilidad alguna de supervivencia tras la explosión de metano", con lo que suspendió la búsqueda.
Unas semanas antes del accidente, los trabajadores habían reportado algunas irregularidades en la mina, como alta concentración de gas metano, muy por encima de los estándares legales, según los testimonios de los familiares. Los niveles de metano fueron confirmados por Grupo México mientras realizaba las labores de búsqueda.
El 23 de junio del mismo año se recuperó el primer cadáver de uno de los mineros, Felipe de Jesús Torres Reyna, de 49 años de edad, y para el 1 de enero de 2007 fue rescatado el cuerpo de José Manuel Peña Saucedo.
Esto dio esperanzas a las familias. Incluso, Grupo México y el gobierno federal, entonces a cargo de Felipe Calderón Hinojosa, afirmaron que seguirían las labores de rescate de los demás mineros muertos, pero esto no ocurrió.