“El exjefe de la petrolera estatal de México, Emilio Lozoya, fue extraditado de España hace más de un año por presuntos sobornos. Pero fue solo después de que las fotos de él comiendo pato de Pekín en un restaurante de lujo desencadenaron la indignación pública el mes pasado que los fiscales solicitaron que lo pusieran en prisión preventiva”, sostiene el artículo.
El Financial Times también destaca que “López Obrador tiene poco que mostrar por su lucha contra la corrupción” y que el discurso contra la corrupción del político tabasqueño se le ha vuelto casi una obsesión que lo llevó como un “tesoro preciado” a la Organización de las Naciones Unidas, el pasado nueve de noviembre. Y esa "obsesión" no le permite ver que del “dicho al hecho, hay mucho trecho”.
“Transparencia Internacional ubica a México en el lugar 124 de 180 países. El fiscal federal anticorrupción solo ha logrado asegurar dos sentencias por delitos en más de dos años y medio en el cargo, dijo un experto. Los casos de alto perfil tardan en avanzar”, indica el diario en su edición del lunes 22 de noviembre.
“No tienen una política de enjuiciamiento penal (...) eligen casos por razones muy poco claras. Esa arbitrariedad es una mala señal en la fiscalía”, comentó Eduardo Bohórquez, director de Transparencia Internacional en México, en entrevista para el Financial Times.
El medio británico aseguró que el fundador de Morena está más preocupado por mostrar una imagen de austeridad, que por las acciones y los resultados que su gobierno está teniendo.
“Seguimos con el mismo problema, no tenemos instituciones. El presidente no ha invertido nada de su capital político o recursos, no es parte de su proyecto el fortalecimiento de las instituciones”, aseguró Edna Jaime, directora del Think-Tank México Evalúa.