Desde antes de la llegada de la pandemia de COVID-19, México ya enfrentaba un rezago en su Índice de Progreso Social (IPS), sobre todo en materia de bienestar, salud y educación.
Muestra de ello es que, entre 2019 y 2020, el IPS cayó en al menos 21 entidades, siendo Ciudad de México, Oaxaca y San Luis Potosí las más afectadas, de acuerdo con la organización civil México, ¿cómo vamos?
Este miércoles, la organización presentó los resultados del Índice de Progreso Social 2015-2020 , al que define como "la primera medición holística del desempeño social de un país que es independiente de factores económicos".
El IPS es una herramienta puntual de medición —basada en el Producto Interno Bruto (PIB) y datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi)— que busca incidir en políticas públicas de desarrollo social, para que los recursos económicos sean enfocados en las necesidades de cada entidad.
"El progreso social en 2019 cayó, y no vemos algo distinto en 2021", destacó en la presentación del índice Sofía Ramírez Aguilar, directora de México, ¿cómo vamos?
Ramírez Aguilar puntualizó que en los últimos cinco años se observa una caída importante en seguridad personal y acceso a la justicia, debido que hay un aumento de los homicidios y violencia, así como una mayor percepción de inseguridad y presencia del crimen organizado.
El IPS captura tres dimensiones del progreso social: necesidades humanas básicas, fundamentos del bienestar y oportunidades.
Con base en esto, el índice muestra que las cinco entidades cuyos puntajes sufrieron disminuciones más altas entre 2010 y 2020 fueron:
Por otro lado, Colima, Durango y Querétaro tuvieron una mejora en su índice, pero solo fue en menos de un punto.
Sofía Ramírez señaló que el mayor daño que dejó la pandemia en México fue la pérdida de vidas humanas, que tiene una relación directa con el progreso social.
Por cada punto extra del exceso de mortalidad, hay un retraso de 4 puntos en el IPS.
"Si el proveedor de la familia muere, la carga es para los demás integrantes, especialmente las mujeres, sin importar la edad, que debe salir a trabajar y seguir haciéndose cargo de las tareas del hogar", explicó Ramírez Aguilar.
Katia Guzmán, coordinadora de datos de México, ¿cómo vamos?, mencionó que el exceso de mortalidad no se refiere necesariamente a los decesos causados por la enfermedad de COVID-19, sino a las personas que no pudieron atenderse por otro padecimiento que sí era tratable, debido a la insuficiencia hospitalaria.
Lo anterior también llevó a que, durante la pandemia, hubiera un retroceso en los puntajes relacionados con cuidados médicos y salud. "Se tiene que rescatar el sistema de salud pública", enfatizaron en el informe.
En cuanto al acceso a educación y conocimientos básicos, el IPS muestra que la brecha entre la capital del país y el resto de las entidades federativas es muy profunda.
Mientras que a nivel nacional, México alcanzó 60.2 puntos, mientras que el resto del mundo tiene un promedio de 62 puntos.
"Lo que perdimos en la pandemia en materia de educación no es medible a corto plazo, con el tiempo se va a ir multiplicando, y probablemente durante los próximos cinco años podremos ver resultados más concretos del impacto en este rubro", expuso Katia Guzmán.
Sarah Hidalgo, funcionaria de la Embajada británica en México, indicó que estos datos muestran que el crecimiento económico no es sí mismo garantía de bienestar, sino que "debe estar acompañado de una serie de políticas públicas a largo plazo".
El investigador Carlos Brown coincidió en que se debe romper el paradigma de que el empleo es suficiente para alcanzar el progreso social.
