Únicamente el 25% de la población mexicana cuenta con un peso considerado saludable, según informó el Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades. Por esta razón, llamó a conformar un sistema agroalimentario sustentable que ayude a revertir la pandemia de sobrepeso en el país.
Por comida chatarra, solo el 25% de los mexicanos tiene un peso saludable
De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut 2018), 62.1 millones de personas mayores de 18 años tienen un peso no saludable. Es decir, tienen un peso que los pone en riesgo de enfermedades metabólicas como diabetes o hipertensión.
“La obesidad se está normalizando, ya que solamente una cuarta parte de la población tiene peso saludable con niveles de índice de masa corporal por debajo de 25 kg/m². Lo que causa esta epidemia creciente de sobrepeso y obesidad, así como de enfermedades crónicas, es la alimentación”, indicó Ruy López Ridaura, director del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades.
El funcionario consideró que es necesaria la aprobación de una ley que garantice el derecho a una alimentación saludable y que impacte en el sistema de salud.
Esta sería fundamental para revertir la pandemia de obesidad. Según datos oficiales, el 75% de la población mexicana vive con un peso no saludable. De estos, 29.8 millones viven con obesidad y 32.3 millones con sobrepeso.
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La atención a la juventud y la infancia es fundamental
Entre 2012 y 2018, según López Ridaura, la prevalencia de sobrepeso en niños de 5 a 11 años disminuyó, pero aumentó la de obesidad, mientras que, en la población adolescente de México, ambos indicadores incrementaron.
Esto tiene que ver con el consumo de azúcares y, en específico, con la comida chatarra. Tan sólo en 70% del azúcar adicionada que se consume en México proviene de bebidas como el refresco, jugos y otras azucaradas.
Estos tipos de productos son consumidos en grandes cantidades por los niños y jóvenes de México: 12% de los niños de seis meses; 36% de quienes tienen de seis a 11 meses y 65% de los de 12 a 23 meses.
Esta tendencia debe cambiarse desde el nacimiento, pues los menores de 11 meses deben ser alimentados, de manera casi exclusiva, con leche materna. Pues esto disminuye las probabilidades de que padezcan sobrepeso en el futuro, fortalece sus sistemas inmunológicos y les permite alcanzar un mejor desarrollo neurológico.
Posteriormente, los niños deben ser alimentados con los nutrientes necesarios para su desarrollo. “Tenemos la obligación de protegerlos, el derecho a la alimentación saludable se une al derecho a la protección de la infancia”, indicó en un comunicado la Secretaría de Salud.