Al incorporarse a Eje Central, al menos 80 anarquistas se unieron en la retaguardia de la marcha.
La vanguardia estuvo flanqueada por un grupo de 30 mujeres de la Policía de Tránsito, quienes caminaron en línea, formando una barrera. Le siguieron dos ambulancias y tres motociclistas paramédicos del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM), junto con personal de diferentes dependencias del gobierno local.
Al llegar al desnivel del Eje Central y Paseo de la Reforma, en las inmediaciones de Garibaldi, comenzó la tensión, primero porque ya se encontraban elementos policiacos en calles como República de Perú, República de Venezuela y Mina.
Una persona sacó de su mochila un ejemplar de Él móndrigo, bitácora del Consejo Nacional de Huelga, y lo arrojó a un grupo de policías que se encontraba en la calle Violeta. El tomo quedó a los pies de los agentes.
La marcha avanzaba entre consignas de diferentes tipos, principalmente en reclamo de justicia por violaciones a los derechos humanos, así como entre conteos del uno al 43 por los normalistas de Ayotzinapa, de cuya desaparición hace una semana se cumplieron siete años.