El gobernador fue desaforado el pasado 30 de abril por la Cámara de Diputados, con el fin de que enfrentara acusaciones de la Fiscalía General de la República (FGR) por presunto lavado de dinero.
El Congreso del estado, con mayoría del Partido Acción Nacional, mantuvo el fuero del mandatario por lo que no se procedió contra Cabeza de Vaca, quien aseguró ser víctima de persecución desde Palacio Nacional; es decir, de órdenes del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Desde el desafuero –controvertido y pendiente de resolución ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación-Cabeza de Vaca había mantenido una relación distante del gobierno federal y de Morena, cuyos líderes y legisladores han acusado que en la entidad domina el crimen por acuerdos con el mandatario local.
Por ese caso, incluso el líder de Morena en el Senado, Ricardo Monreal, impulsó sin éxito que se iniciara un procedimiento de desaparición de poderes ante lo que consideró un “desgobierno”.
En octubre entra en funciones una nueva legislatura local, con mayoría de Morena y el encuentro con Augusto López es el primero con autoridades federales para restablecer la coordinación con la federación.