Según el acuerdo, el regreso a las labores en oficinas en la administración pública federal será para todos aquellos funcionarios que ya concluyeron el proceso de inmunización contra el COVID-19, siempre respetando las medidas sanitarias y de sana distancia determinadas por la Secretaría de Salud.
En estos casos, antes de su reincorporación, deberán hacerse una prueba de detección de COVID-19.
La SFP acordó además que, en aquellos casos en los que sea posible y no se altere el debido cumplimiento de sus funciones, los funcionarios que están en lista de espera para concluir su inmunización podrán continuar trabajando desde casa.
El home office también se aplicará para personas con discapacidad, mujeres embarazadas o en periodo de lactancia y personas con enfermedades crónicas consideradas de riesgo por las autoridades de salud, como obesidad mórbida, diabetes mellitus, hipertensión arterial, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, asma, enfermedades cerebrovasculares, infección por VIH, enfermedad renal crónica, estados patológicos que requieren inmunosupresión y cáncer en tratamiento.