Si bien el Ejecutivo destacó que son “malas las comparaciones”, insistió en que tenía que dar a conocer el dato para informar sobre la situación de la epidemia tras más de un año de presentarse los primeros casos y decesos en el país. “Es el momento ha habido mucha desinformación, mala fe, medios convencionales, no de todos, han sido tiempo de canallas, tiempos de zopilotes”, dijo.
El presidente aseguró que no se podía cantar “victoria” con la pandemia y hay que seguir cuidándonos porque es una “enfermedad traicionera”, y reiteró que se está haciendo todo lo posible para enfrentarla de manera profesional, incluso cuando ya se terminaron las conferencias vespertinas sobre COVID-19.
En ese contexto, destacó la labor que han hecho todos los médicos y personal médico, y en especial al subsecretario Hugo López-Gatell. “Es importante esta reflexión en estos momentos, porque yo no había podido agradecerle al doctor Hugo López Gatell y a todo su equipo por lo que han hecho, pero este es el momento de hacerlo”, afirmó.
¿Qué tan ciertos son los números de AMLO?
En contraste, el ingeniero bioquímico y ambiental Alejandro Cano expresó que es una declaración engañosa, considerando el número de pruebas por millón de habitantes.
El estudio “La respuesta de México al COVID-19: Estudio de Caso”, elaborado por investigadores del Instituto de Ciencias de la Salud Global, de la Universidad de California y solicitado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), coincidió que la falta de pruebas implica un subdiagnóstico y subregistro de muertes.
“El país (México) tiene una de las tasas más altas de casos y muertes por COVID-19 a pesar de ocupar los últimos lugares en aplicación de pruebas. Esta escasez de pruebas implica que el subdiagnóstico y el subregistro de las muertes por COVID-19 es muy sustancial”, concluyó el informe presentado en abril.