Martha acudió primero al Centro de Salud de Tonalá y después la mandaron a Tapachula, para examinar sus biopsias, pero sin un resultado certero. Fue hasta cuando iba por las 17 semanas de embarazo cuando detectaron que era cáncer de mama y los médicos consideraron interrumpir el embarazo.
Como ella se negó, la contactaron con un grupo de médicos en el Estado de México, quienes atienden casos como el suyo. Ahí le preguntaron si estaba dispuesta a seguir con el embarazo y al mismo tiempo recibir tratamiento contra el cáncer.
“Estando en el tratamiento me dijeron que todo era un riesgo y que le podía afectar al bebé, así como que se arriesgaba la vida de ambos. Allá estuve en tratamiento, me pusieron quimioterapias estando embarazada”, señala al comentar que todo salió bien y en diciembre de 2019 nació su hijo, y ahora solo va a revisiones al Edomex.
Gracias a Dios. Fue bastante fuerte, nunca me imaginé que fuera a resultar con cáncer, para mi familia fue igual doloroso, prácticamente estaba en riesgo la vida del bebé y la mía, era mucho miedo porque parecía mentira, el bebé estaba adentro y ya tenía vida y tenía miedo que le pasara algo, pero gracias a Dios salió todo bien.