Reacción inmediata
Cuando en marzo de 2020 se declararon las medidas de distanciamiento social, las autoridades sanitarias alertaron sobre las afectaciones a la salud mental, por lo que pusieron a disposición de la ciudadanía líneas telefónicas de atención en caso sentir tristeza, ansiedad o enojo.
Además, la Secretaría de Salud, la Facultad de Psicología de la UNAM y el Instituto Nacional de Psiquiatría habilitaron un cuestionario para detectar riesgos a la salud mental.
Domínguez destaca que, al inicio de la pandemia, las autoridades en México destinaron recursos para líneas telefónicas 24/7. Pero incluso antes de la emergencia sanitaria ya existían este tipo de líneas para otras emergencias psicológicas, tales como violencia intrafamiliar o riesgo suicida.
"Fue la primera reacción, y está bien, es una buena propuesta de reacción inmediata", señala, pero advierte que es importante que se sigan aprobando proyectos y financiación para diversos temas, como atención a adicciones y violencia doméstica.
Para Sheinbaum, en un año de pandemia se ha hecho poco para mitigar el impacto a la salud mental. "Son pocas las alternativas que ha planteado el gobierno, se ha hablado poco de esto, y nos preocupa que no haya un recepción crítica sobre qué acciones se van a tomar y con qué servicios y programas cuenta hoy el gobierno para hacer frente. Se cuenta con muy pocas armas. Los servicios de salud mental siguen basados en procesos anacrónicos".
Además, la activista señala que, del presupuesto para el sector salud, solo 2% va para la atención a la salud mental, lo que evidencia un desbalance entre salud física y mental.
Salud mental, atención prioritaria
De acuerdo con un estudio de la psicóloga María Elena Medina Mora-Mora, publicado este mes por la UNAM y el Instituto Nacional de Psiquiatría, los trastornos mentales afectan a alrededor de 30% de la población (en algún momento de su vida), siendo la depresión el más común, y solo 3% recibe atención médica.
Por ello, Sheinbaum considera fundamental que los servicios de salud mental se den en un nivel primario de atención, no en el tercero, que es especializado y de difícil acceso. Por ejemplo, expone, una persona que vive en un pueblo en Colima debe trasladarse hasta los hospitales psiquiátricos de grandes ciudades.
"Es importante que en la política pública los servicios de salud mental estén integrados al sistema nacional de salud; es decir, así como cuando tienes un catarro puedes acudir a cualquier centro de salud, igual suceda cuando tienes condiciones de salud mental", agrega.