Tampoco hay claridad de cómo funcionará el plan de vacunación en las siguientes etapas, donde se prevé vacunar a 12.7 millones de personas entre abril y mayo, y 16.2 millones entre mayo y junio. En ese contexto, la comunicación, la transparencia y la participación de todos los sectores juegan un papel importante.
Montoya recuerda que es útil ver cómo ha funcionado en otros países y utilizar la misa información y herramientas que hay en México, como el Censo del Inegi, para ello, o la experiencia de otros países.
Estados Unidos ha aplicado más de 40 millones de vacunas, de los cuales al menos ocho millones de personas han recibido el esquema completo. La logística y la cobertura depende de cada estado, pues cada uno determinó sus grupos prioritarios –la mayoría tiene a personal médico y adultos mayores en el primer sitio– quienes asisten a los centros de vacunación. En México, desde el 24 de diciembre se aplicado alrededor de 700,000 inmunizaciones.
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Gómez Hermosillo señala que se requiere participación desde los distintos frentes para saber desde cuál es el mejor lugar en cada población, cuáles son los puntos de confluencia, etc. por lo que se tiene que involucrar a universidades, municipios, secretarias de salud de los estados y Fuerzas Armadas para garantizar que las personas serán llamadas en tiempo y forma y se les tendrá asegurada su vacuna y su segunda dosis cuando les corresponda.
Tamayo comenta que la situación es incierta y ha causado desconcierto, incluso en el sector salud, justo por la falta de información y de claridad en la comunicación.
“Hay desinformación, opacidad, dan cifras distintas. Esto ha generado, más incertidumbre, miedos y desconfianza. Uno de los grandes retos es contar con una estrategia de comunicación eficaz y efectiva, que brinde información comprensible para toda la población, en lenguaje ciudadano, que se caracterice por transparencia”, comenta.