El subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, detalló días después que el operativo de la etapa 1 se diseñó con la ayuda de las Fuerzas Armadas.
"Nuestro agradecimiento a la Secretaría de la Defensa Nacional, a la Secretaría de Marina", dijo, al explicar que para tener un ambiente más controlado, no solamente en materia de seguridad de las vacunas, sino también en la logística de operación para distribuirlas y aplicarlas, por sus características el proceso se haría directamente con la participación de soldados y marinos.
El gobierno federal, a través del Ejército, determinó empezar la vacunación en Coahuila y la Ciudad de México, no solo por la ubicación céntrica de estas entidades y su actividad epidémica, sino también por la distribución de efectivos y bases militares y de los puestos de atención, es decir, por la factibilidad logística en las unidades administrativas y operativas.
Posteriormente, al menos un centenar de elementos de las 300 personas que se capacitaron para la aplicación de las dosis pertenecieron a las Fuerzas Armadas. De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud federal, 65 aplicadores son de la Sedena y 34 de la Semar.