Un sistema de salud como el Dinamarca. Eso prometió el presidente Andrés Manuel López Obrador en 2019, previo a la llegada al país de la pandemia de COVID-19, y con la esperanza de que en un año el nuevo Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), que sustituyó al Seguro Popular, diera sus primeros resultados.
El plan del gobierno federal es brindar atención y medicamentos gratuitos a toda la población sin seguridad social. No obstante, el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) alerta sobre que, si bien se propone ampliar de 55 a 72 millones la población potencialmente beneficiaria de servicios de atención general —sin considerar padecimientos que requieren especialización—, el aumento al presupuesto no es el correspondiente, pues para 2021 se prevé una reducción del gasto per cápita anual de 33%, al pasar de 3,607 pesos en 2020 a 2,602.