Justo en medio de la jornada nacional de distanciamiento social, Rocío se quedó sin empleo. La joven de 36 años trabajaba en un empresa de entretenimiento, la cual vio reducidas sus actividades y proyectos por las medidas de mitigación para prevenir contagios. En los primeros días siguió yendo de guardia la oficina y haciendo home office, pero al cabo de unas semanas, le rescindieron su contrato.
Aunque sí la liquidaron conforme a la ley y tenía algunos ahorros, sus recursos son limitados al igual que las posibilidades de encontrar trabajo en esta situación. Ha enviado cerca de 20 solicitudes de empleo y hasta el momento no ha habido buenas noticias.
Fátima Masse, coordinadora de proyectos del IMCO, comentó que de mayo a julio 18 hombres empezaron a regresar al mercado laboral o mejorar sus condiciones de trabajo –que estaban trabajando todas las horas que tenían ofertadas o que dejaron de estar desocupados–, pero en contraste solo 14 mujeres lo lograron en ese periodo.
“La pandemia afecta mucho más a las mujeres que a los hombres desde la perspectiva económica (…) los hombres están regresando mucho más rápido que las mujeres y en mejores condiciones laborales”, aseguró en entrevista.