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El COVID-19 y las elecciones de EU “enfermaron” al plan de apoyo a Centroamérica

A un año de su implementación el ambicioso programa para impulsar la región no ha logrado despegar, y gran parte se debe a que solo recibió 100 millones de los 8,000 millones previstos.
lun 22 junio 2020 05:50 AM
AMLO-Bukele
ARRANQUE. La tarde del 21 de junio de 2019 el presidente Andrés Manuel López Obrador sembró un árbol de caoba en un campo militar en Tapachula, Chiapas, símbolo del inicio formal del Plan para el Desarrollo Integral de El Salvador, Guatemala y Honduras.

Acompañado del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, el presidente Andrés Manuel López Obrador sembró un árbol de caoba en un campo militar en Tapachula, Chiapas, como símbolo del inicio formal del Plan para el Desarrollo Integral de El Salvador, Guatemala y Honduras. A un año de distancia, ese proyecto no solo no ha logrado despegar, casi se puede asegurar que fracasó, en parte por los efectos de la pandemia de coronavirus, pero también porque Estados Unidos no aportó los 8,000 millones de dólares prometidos y las donaciones internacionales no llegaron.

Expertos consultados por Expansión Política aseguran que para resolver problemas tan complejos como la migración, pobreza, desigualdad social y falta de empleo en Centroamérica, se requieren alrededor de 30,000 millones de dólares anuales, pero hasta ahora, el plan solo ha recibido de 100 millones de dólares del gobierno de México.

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Para Javier Urbano Reyes, profesor de la Universidad Iberoamericana (Ibero), el plan nació muerto lo que explica su fracaso; para Antonio Rojas Canela, académico de la UNAM, el proyecto no ha podido despegar, pero aún hay tiempo para ser ejecutado, mientras que para Rafael Alonso, de El Colegio de la Frontera Norte (Colef), la pandemia del coronavirus pospuso la intención de impulsar el desarrollo y frenar la migración de Centroamérica.

Un plan ambicioso

Desde los primeros minutos de su gobierno, López Obrador firmó con sus homólogos de El Salvador, Guatemala y Honduras un proyecto para impulsar el progreso de la región, que contribuiría a frenar a migración y atender sus causas. El mandatario mexicano le pidió a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) elaborar un diagnóstico y presentar recomendaciones que permitieran el desarrollo del sur de México y de Centroamérica Alicia Bárcena, secretaria Ejecutiva de la CEPAL, fue la encargada de presentar el programa compuesto por cuatro ejes: desarrollo económico, bienestar social, sostenibilidad ambiental y gestión integral del ciclo migratorio.

“Ahora viene la etapa de la aplicación, de la instrumentación del plan. Se requiere de diplomacia, de convencer, de persuadir, sobre todo al gobierno de Estados Unidos, para que podamos llegar a un acuerdo y hacer realidad este enfoque que nos conviene a todos”, informó en Palacio Nacional durante la presentación del plan.

Ahora le toca a EU: Ebrard dice que México exigirá cumplir el acuerdo migratorio

En una de sus visitas a Estados Unidos para evitar que se gravaran con 5% importaciones mexicanas, el canciller Marcelo Ebrard acordó que México se comprometía a regular la migración desde centroamerica y, a cambio, la administración de Donald Trump ofreció una inversión de 5,800 millones de dólares en Centroamérica y 2,000 millones más para el sur del territorio mexicano.

En septiembre, el canciller aseguró que ya había comenzado la transferencia de 126 millones de dólares Estados Unidos para generar empleos en el sur del país y Centroamérica y que se habían firmado cartas compromiso por otros 800 millones más. Sin embargo, un año después, esa inversión no se ha concretado, lo cual fue reconocido por el presidente López Obrador en una de sus conferencias matutinas de la semana pasada.

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"No cumplió el gobierno estadounidense con el ofrecimiento de que iban a destinar inversión al sur, sureste, pero nosotros sí hemos invertido”, comentó el presidente.

Javier Urbano Reyes, profesor e investigador del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, consideró que, a un año, los avances son nulos por los pobres recursos económicos que se le invirtieron al plan, y porque la pandemia por el coronavirus no solo complicó que se concretarán las donaciones internacionales sino también la cooperación internacional.

“Yo creo que es un plan que nació muerto, no requería tiros de gracia. Estructuralmente es malo, desastroso, la concepción de tiempo es terrible. Decepciona mucho un político cuando habla de atender procesos sociales en corto plazo. Venderlo como la panacea desde el principio implicaba tener un plan para 30 años, no lo hay. Por ejemplo, la Mara Salvatrucha está moviendo 1,000 millones de dólares al año, de dinero vinculado a las drogas, y México está invirtiendo 100 millones, ¿se puede revertir la situación social de mareros?”.

Para el coordinador del doctorado en Estudios de Migración de El Colef, Rafael Alonso Hernández, la pandemia por coronavirus “opacó” la intención de impulsar el desarrollo regional de los países del Triángulo Norte.

“La pandemia vino a limitar la iniciativa, su desarrollo y la implementación, pero sí se ha trabajado en borradores, se han sentado las bases”, consideró.

En lo que sí se ha podido avanzar en este primer año es en ampliar los objetivos para el desarrollo de la región pues pasó de tener cinco planes de infraestructura de alrededor de 5,000 millones de dólares, pero éstos crecieron a 22 programas y 108 proyectos en enero pasado y la inversión proyectada creció a 25,000 millones de dólares. El programa contempla inversión conexión eléctrica, gasoductos, carreteras y líneas ferroviarias, para impulsar el desarrollo.

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A la migración la frenó el COVID-19

Frenar la migración de Centroamérica hacia Estados Unidos era uno de los objetivos de este plan, lo cual sí se ha logrado, pero no por replicar programas como Sembrando Vida sino por la pandemia.

Entre mayo de 2019 y enero de 2020, el flujo migratorio en la frontera entre México y Estados Unidos, disminuyó en 74.5% al pasar de 144,116 a 36, 679 migrantes, informó en febrero pasado el canciller Ebrard. Pero esa baja no responde a los empleos creados en Centroamérica, sino a la rigidez de la política migratoria en México en donde se desplegaron más de 20,000 elementos de la Guardia Nacional para evitar el paso de ciudadanos centroamericanos.

Otro factor que ha contribuido a que la migración se haya frenado es la pandemia por COVID-19.

Con el coronavirus la migración cambió el sentido del flujo, ahora los migrantes quieren regresar a sus países, pero suponiendo que pase en algunos meses, México podría tener el sartén por el mango porque pueden dejar que el flujo de migrantes pase libremente, si Estados Unidos no da el dinero para el Plan”, expuso Rojas Canela.

Los recursos son un punto clave para el éxito o fracaso de este plan. Para frenar la migración tan solo en un año se requeriría invertir en Honduras, El Salvador y Guatemala 3,000 millones de dólares, pero hasta ahora solo han sido alrededor de 100 millones de dólares y esa cantidad se estima debido a que esos países tienen alrededor de 4 millones de ciudadanos en Estados Unidos, quienes no solo mandan 3,000 millones de remesas, también representan una oportunidad para sus connacionales de dejar su ciudad de origen en busca de mejores oportunidades.

Para el también académico de la maestría en Estudios sobre Migración de la Universidad Iberoamericana el hecho de que Estados Unidos no haya cumplido con su ofrecimiento de 8,000 millones de dólares, es porque a Trump en los hechos no le conviene frenar la migración porque este año están en puerta elecciones y esa es una bandera que le reditúa considerablemente.

“Si soltaban el dinero era una señal de que México tiene razón respecto a que la migración es un problema de corresponsabilidad, pero Trump quiere que parezca que solo es problema de Centroamérica y de México”.
Javier Urbano Reyes, profesor e investigador de la Universidad Iberoamericana.

Por su parte, Antonio Rojas Canela consideró que el hecho de que Estados Unidos no haya aportado la cantidad comprometida es muestra de que no le importa el plan.

“La inversión a la que se comprometió es poca porque el gobierno de Estados Unidos gasta esa cantidad en tan solo 11 horas en gasto público, solo se comprometieron de dientes para fuera para que México aceptara ser tercer país seguro de facto”, comentó.

Destino de recursos de México poco transparentes

Como parte de Plan, el gobierno de México anunció que para los próximos cinco años invertiría 25,000 millones de dólares para el desarrollo del sur del país y para Centroamérica. Inicialmente destinó 100 millones de dólares, los cuales provendrían del Fondo de Infraestructura para países de Mesoamérica y el Caribe, conocido como Fondo Yucatán, surgido en diciembre de 2011 mediante un decreto del expresidente Felipe Calderón y que para 2020 se le aprobó un presupuesto superior a 2,000 millones de pesos.

Con la entrada en operación del Plan, el gobierno de México anunció una inversión de 30 millones de dólares para El Salvador, con el cual se perseguía generar hasta 20,000 empleos en esa nación a través de replicar el programa Sembrando Vida.

En septiembre pasado, también se anunció una inversión de 30 millones de dólares para Guatemala para replicar además de Sembrando Vida, el programa Jóvenes Construyendo el Futuro. La misma cantidad fue destinada a Honduras para crear 20,000 empleos en cinco meses.

Aunque México ha aportado 90 millones de dólares a países del Triángulo Norte de Centroamérica, es difícil saber si fueron ejecutados en generar empleos.

Esas transferencias son no condicionadas, simplemente se da el dinero, y se supone que la parte que lo recibe lo utiliza en un objetivo específico, pero no hay nada que lo garantice, así que no hay mecanismos para saber en qué se gastó”
Antonio Rojas, académico de la UNAM.

Con él coincidió Javier Urbano Reyes, quien dijo que hay desconfianza hacia los países de Centroamérica porque ha sido recurrente que hay ineficacia entre la transferencia, gestoría y aplicación de recursos.

“Por la corrupción y robo se pierden los recursos en el camino, por lo tanto hay mucha desconfianza en el uso de los recursos, porque muchos han ido a parar en manos privadas”, destacó.

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