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Ante la "nueva normalidad", el IMCO pide poner el foco en el transporte público

El próximo regreso a las actividades da a los gobiernos la oportunidad de mejorar la infraestructura de las ciudades e impulsar modos de transporte eficientes, seguros y que ayuden a evitar contagios.
jue 28 mayo 2020 11:00 AM
Movilidad COVID
En la CDMX, sistemas como el Metrobús sanitizaron sus instalaciones y en los últimos días han buscado dosificar el flujo de usuarios.

Cuando el distanciamiento social y la reducción de la movilidad son las herramientas más poderosas para frenar la propagación del COVID-19, los gobiernos del país deben asegurar la sana distancia en todas las modalidades del transporte público, ya que en el contexto laboral de millones de mexicanos dejar de moverse simplemente no es una opción.

Ante la emergencia sanitaria por el virus SARS-CoV-2, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) señala que la estrategia de regreso a la "nueva normalidad" debe contar con un cambio radical en los recursos públicos, para así priorizar sistemas de transporte sustentables, seguros, cómodos, incluyentes y accesibles.

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De acuerdo con la organización, las ciudades están poco preparadas para situaciones de contingencia, debido a que dan pocas alternativas para sustituir al automóvil particular, la infraestructura es insegura e inaccesible, y faltan sistemas de información, planeación y respuesta inmediata.

El IMCO señala que en 2017, a nivel nacional, solo se destinó 17% del total del presupuesto de movilidad a proyectos que contemplaron el transporte público e infraestructura ciclista, mientras que el Índice de Movilidad Urbana del propio instituto expone que hasta 2019 únicamente 11 de los 32 estados contaban con una ley en la materia que considerara todas las modalidades de transporte.

En el mismo contexto, el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) expone que solo entre el 20% y el 23% de los trabajos del país ofrece la posibilidad de realizarse vía remota. La mayoría de ellos está concentrada en los deciles de ingreso más altos, por lo que excluye a los trabajadores de niveles operativos, quienes han sido los más vulnerables durante la crisis, al verse obligados a trasladarse para continuar con sus labores.

Si bien la pandemia ha obligado a repensar la forma en la que las sociedades y los espacios se conectan, las organizaciones civiles subrayan que los sistemas de movilidad urbanos también deben adecuarse, ya que las condiciones de traslado que enfrentan los ciudadanos para realizar sus actividades diarias están ligadas directamente a su calidad de vida y a la manera en la que se desenvuelve una ciudad.

En estas circunstancias, el riesgo de contagio se suma a la lista de problemas por resolver en la llamada "nueva normalidad".

Es necesario diseñar estrategias a corto, mediano y largo plazo que garanticen traslados seguros para la población sin dar pasos atrás en la construcción de ecosistemas de movilidad eficiente y menos dependientes del automóvil particular".
IMCO

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Las propuestas del IMCO

El instituto plantea que la normatividad debe actualizarse para eliminar barreras a la entrada de más y mejores opciones de transporte, lo permitiría impulsar el regreso a las actividades económicas sin que el miedo a contagios provoque el uso masivo de modos de transporte menos eficientes e inclusivos, como el automóvil particular.

Punto por punto, propone:

  • Monitorear los niveles de actividad de los traslados de la población en periodos cortos (mínimo semanales), para verificar el cumplimiento de las medidas de distanciamiento social y del regreso escalonado de las actividades.
  • Identificar las zonas con mayor concentración laboral, en las que se enfoquen los esfuerzos de vigilancia o de medidas más exhaustivas para evitar contagios en zonas conurbadas.
  • Alinear la reactivación de las actividades en las empresas y escuelas a un plan para regresar de forma escalonada que tome en cuenta el riesgo de contagios.
  • Independientemente del sector al que pertenezcan los establecimientos, cada uno debe considerar un plan de horarios diferenciados para sus empleados, de tal manera que se reduzca la demanda simultánea de transporte.
  • Incrementar el número de carriles exclusivos.
  • Reducir el espacio destinado a los automóviles, lo que desincentiva su uso y da prioridad al transporte público.
  • También debe contemplarse el cierre y la peatonalización de calles para aumentar el espacio entre peatones.
  • Regular y facilitar la operación de iniciativas de transporte colectivo vía aplicación, para aumentar la capacidad del sistema y disminuir aglomeraciones.
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