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#CRÓNICA: Temor al coronavirus afecta servicios médicos

Las alertas para evitar los contagios de coronavirus están impactando en la operación de los servicios de salud; este jueves en un recorrido por hospitales públicos se confirmó la afectación.
vie 20 marzo 2020 06:45 AM
(Obligatorio)
La estampa cotidiana de estos días es el uso de cubrebocas; situación que se agudiza en las cercanías de clínicas y centros hospitalarios.

Los servicios médicos evidencian alteraciones por la crisis del coronavirus. Los hospitales restringen visitas, los familiares compran medicinas extra y se llenan de productos de protección; los doctores ahora ven saturadas sus consultas con resfriados comunes ante el temor de tener “algo más importante”.

El contraste es para las personas que tienen posibilidad de haber sido contagiados, pues en medio de la incipiente saturación pasan horas en salas de espera o afuera de una clínica y, en algunos casos, son regresados a sus domicilios sin mayor atención.

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El Hospital 20 de Noviembre restringe visitas

Designado como uno de los centros que recibirán a los pacientes con síntomas del COVID-19, el Hospital 20 de Noviembre, del ISSSTE, ya modificó su operación cotidiana; al visitar las instalaciones de este centro hospitalario se confirmó que se limitaron las visitas, se eliminó el acompañamiento de familiares y se recibe a toda persona con gel antibacterial, todo lo anterior con el objetivo de evitar más contagios por coronavirus que en México suman ya los 164.

Este jueves, una mujer de 36 años que presentaba síntomas de coronavirus fue trasladada al 20 de Noviembre y, ante la cercanía de la Fase 2, que implica contagios comunitarios, fue encapsulada.

La noticia se dispersó pronto entre familiares de pacientes, así como las nuevas medidas.

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“Que por el virus ése le dijeron a mi papá que ya no podrá quedarse en la noche”, relató Mario Domingo a su hermano por teléfono la tarde de este jueves al exterior de ese nosocomio.

“Entrábamos dos, pero nos dijeron que ya nada más va a pasar una y redujeron el tiempo de visita, antes era una hora, pero ahora no sabemos cuánto tiempo podremos estar y en la noche ya no podremos estar”, explicó Juana Martínez, tía de Mario, quien avala la medida por seguridad, pues sabe que lo complicado es estar afuera.

“No nos podemos mover porque, si se necesita algo, le hablan al familiar del paciente”, destacó.

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A la familia Guerrero también le sorprendió la medida, de hecho los incomoda, pues pasan horas sentados en alguna de las macetas que usan como asiento.

“No puedes entrar para decirle a tu familiar ya salte porque no te dejaban pasar y ahorita se va a poner peor con la contingencia”, explica la señora Martha mientras espera. Detalla, entre sus vicisitudes que a todo se adaptan, hasta que a su familiar le hubieran cambiado el apellido. Le pusieron Álvarez en lugar de Alvarado.

En las farmacias cercanas, también se ha modificado la demanda tradicional de productos que solicitan familiares de enfermos. Ahora, no sólo compran artículos de aseo personal, como crema y pasta de dientes, también piden cubrebocas, gel antibacterial, papel higiénico y vitaminas, éstas últimas con la idea de reforzar su sistema inmunológico.

Al exterior del hospital, los familiares de los enfermos internados esperan que su visita no nosocomio termine en otro caso de coronavirus, por ello, los asistentes usan cubrebocas en todos momento, medida que replican los vendedores al exterior del hospital, desde el que vende churros hasta el que ofrece tacos. Hay quienes también recurren a los guantes para evitar intercambio de bacterias al recibir el pago.

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El pánico dispara las consultas médicas

El pánico por el coronavirus está incrementando que las consultas al médico sean principalmente de pacientes que describen síntomas como tos seca, dolor de cabeza, dificultad para respirar, pero que en realidad padecen gripe o influenza.

Un integrante del equipo de salud de la clínica 35 del IMSS, ubicado en la alcaldía Magdalena Contreras, y quien prefirió omitir su nombre, explica que de las 24 consultas que otorga al día, 18 o 20 son de personas que creen ser portadores del virus originado en Wuhuan, China.

“Tengo síntomas de gripe, tengo esa sensación de dolor y ardor en mi garganta (refieren los pacientes), pero cuando los reviso, les tomo la temperatura, me percato que no tienen nada, pero llegan con esa idea de que tienen coronavirus”, afirma quien los atiende.

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A este temor de las personas se suma que en distintos centros laborales si un empleado presenta tos o síntomas de gripe, los envían al médico como medida de medicina preventiva.

“Si no estaba enfermo y va a urgencias y sin saberlo ahí está un paciente que tiene coronavirus, se van a infectar… de seis casos que llegan con supuestos síntomas, uno o ninguno podría ser coronavirus”, explica el personal consultado que prefiere no dar su nombre por trabajar en el sector público.

Hasta hace algunas semanas, quienes llegaban a esa clínica y expresaban la sospecha de ser portador de coronavirus tenían que pasar un primer filtro: responder una pregunta clave: “¿Ha viajado recientemente a España, Italia, Irán, China, Japón, o Hong Kong?”. Si la respuesta era no, prácticamente se descartaba darle atención al caso.

Sin embargo, ante la proximidad de la Fase 2 del COVID-19, que implica transmisiones comunitarias, el protocolo está cambiando. La semana pasada el filtro era saber si la persona había estado a una distancia de metros durante unos 15 minutos con alguien que hubiera dado positivo; pero ahora a todos los que mencionan tener síntomas, se les está revisando por un equipo de especialistas, quienes portan la debida protección.

El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) está tomando medidas en sus clínicas para prevenir el incremento de contagios: sólo se permitirá el acceso de un acompañante por derechohabiente a las salas de espera y no ingresar con niños o adultos mayores si no requieren atención médica.

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A sus médicos les ha pedido dar recetas con la prescripción de medicamentos para un período de tres meses, para así evitar que los pacientes tengan que acudir con frecuencia a la clínica porque los focos de infección serán justamente los institutos de salud.

“Lo que se quiere es evitar que los pacientes estén metidos en los hospitales, sobre todo aquellos que tiene mayor riesgo como quienes padecen diabetes, hipertensión, o alguna enfermedad respiratoria”, explica la fuente consultada.

Aunque el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, informó que se destinarían 201 millones de pesos para comprar insumos de protección para el personal, en la clínica 35 del IMSS sólo les han dado cubrebocas a los médicos y enfermeras que laboran en el hospital.

“Habían puesto gel, jabón, toallitas, pero ya está semana no tenemos gel, jabón, solo nos dieron un cubrebocas que tiene 40 horas de vida”.

Las próximas semanas el panorama se ve complicado porque el sector salud se puede ver rebasado. Por un lado no cuenta con todas las camas que se necesitan, y por otro no todos los casos están siendo detectados pese a que la misma Organización Mundial de la Salud recomendó realizar pruebas, pruebas y más pruebas.

“No va a haber capacidad del sector salud, no estamos preparados para cuando exploten los casos de contagios comunitarios”.

Le descartan coronavirus porque su tos tenía flemas

Dolor de cabeza y tos fueron algunos de los síntomas de Eric Lugo, quien al sentirse enfermo decidió acudir a la Unidad Médico Familiar 120 del IMSS, ubicada en la delegación Iztapalapa; el coronavirus fue descartado, pero para ello tuvo que esperar más de cuatro horas porque el servicio médico estaba saturado.

Por su profesión, el joven viajó a Acapulco a la 83 edición de la Convención Bancaria la semana pasada, pero a su regreso comenzaron los malestares.

Este jueves, sin cita, acudió a la clínica del IMSS que le corresponde. Y aunque sabía que encontraría mucha gente, no pensó que le tomaría casi cinco horas para obtener su diagnóstico: laringitis e infección en vías respiratorias.

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En la clínica le informaron que el COVID-19 estaba descartado porque él presentaba tos con flemas, mientras que la que acompaña al coronavirus es seca.

Para Eric, la decisión de acudir al médico no estuvo de más, sobre todo cuando la Asociación de Bancos de México instruyó a su personal que participó en la Convención Bancaria a trabajar por los próximos 15 días, luego de que el Banco de México informara que uno de sus funcionarios de alto nivel dio positivo a la prueba de COVID-19.

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