Según cifras oficiales, hasta antes del inicio de este operativo de seguridad en la línea fronteriza por esta zona cruzaban alrededor de 600 migrantes centroamericanos cada día.
Migrantes, familias, personas solas y hasta niños que viajan solos aprovechan para cruzar por abajo de los puentes, ya que en esa parte no hay agua en el río, cuyo flujo generalmente es regulado por los estadounidenses.
Los migrantes no evitan ser vistos ni por la policía mexicana ni por la Patrulla Fronteriza, sino que usualmente caminan hacia sus integrantes y se entregan.
Desde octubre de 2018 comenzaron a entrar a México caravanas de migrantes, muchos de los cuales se dirigieron a Ciudad Juárez, donde actualmente se calcula que hay alrededor de 16,000 de países como Cuba, El Salvador, Honduras y Guatemala.
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Las autoridades de Estados Unidos han devuelto a México desde marzo a unos 5,600 migrantes que solicitaron asilo en ese país y que deben esperar en territorio mexicano a que su petición sea resuelta.
México elevó también la seguridad en su frontera sur con la Guardia Nacional para intentar reducir el flujo migratorio, conforme al acuerdo con Estados Unidos para evitar la aplicación de aranceles a sus productos.
Con información de EFE.