Tras disiparse, sus remanentes se internaron en el océano Pacífico, donde se volvió a fortalecer el miércoles para retomar una vez más la senda hacia tierra, aunque un poco más al noroeste.
Su lento movimiento ha castigado con cuatro días de lluvias a ciudades como Acapulco, el icónico centro turístico asolado el año pasado por el devastador huracán Otis. Solo en el estado Guerrero, donde se ubica Acapulco, John ha dejado 950 milímetros de lluvias, mientras que Otis, un huracán de categoría 5, ocasionó lluvias de 350 milímetros, dijo a medios Alejandra Méndez, coordinadora del Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
A las 9.00 hora local (1500 GMT), el ciclón se ubicaba a 85 kilómetros al oeste del puerto Lázaro Cárdenas, en el estado Michoacán, y sus vientos máximos sostenidos se habían reducido a 95 kilómetros por hora (km/h). John se movía lentamente hacia el norte-noroeste a 6 km/h, según datos del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC).
"La tormenta tropical John traerá lluvias muy fuertes adicionales a las partes costeras del suroeste de México hasta el viernes. Las precipitaciones adicionales caerán en áreas que han recibido lluvias muy fuertes en los últimos días", dijo el NHC en su más reciente reporte.
"Estas fuertes lluvias probablemente causarán inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra importantes y catastróficos que pondrán en peligro la vida en los estados mexicanos de Guerrero y Michoacán", agregó.
John seguirá debilitándose mientras avanza lentamente tierra adentro muy cerca del puerto Lázaro Cárdenas, una de las principales terminales del país. Posteriormente, seguirá en dirección noroeste hasta salir nuevamente al océano Pacífico el sábado cerca del puerto Manzanillo, el más grande de México.
El gobierno mexicano emitió una advertencia de tormenta tropical para una franja de 1,000 kilómetros entre Punta Maldonado, en el estado Guerrero, y la ciudad portuaria Manzanillo, en el estado Colima.
Con información de Reuters