“No viene ninguna propuesta de nuevos impuestos, ni estamos planteando en este momento la salida de Jalisco del pacto o del modelo fiscal”, apuntó el emecista.
Recordó que el sistema nacional de coordinación fiscal, creado entre 1978 y 1980, implicó la desaparición de 548 impuestos locales y 14 impuestos federales.
Para compensar la reducción de ingresos locales, se creó un Fondo General de Participaciones, del cual se distribuyen recursos a los estados y con ello se les compensa por la pérdida de ingresos por haber cedido las facultades tributarias a la Federación.
Pero hoy los fondos terminan distribuyéndose entre las entidades por el componente de porcentaje de población con respecto al nacional, y no cumple con los objetivos de atender los esfuerzos recaudatorios e incentivar el crecimiento económico, expuso Alfaro.
“Este ejercicio no es una petición de los gobernadores a la Federación para ‘estirar la mano’. Queremos que se corrijan errores y distorsiones en la distribución a los estados de los recursos que se recaudan. El modelo actual tiene más de 40 años”, indicó.
“No queremos –advirtió- quitarle dinero a los estados más pobres. Queremos que la Federación deje de agandallar el dinero de todos los mexicanos”.
“Si no se modifica el esquema actual y sus leyes, Jalisco no tendría por qué seguir en un modelo de Pacto Fiscal que no le convenga”, expuso.
La propuesta busca modificar la fórmula de distribución de esos recursos, “aislar el criterio poblacional” de los otros dos componentes y dar más paso a los objetivos de crecimiento económico y recaudatorio.
Tal como está hoy el mecanismo de distribución no le conviene a Jalisco ni compensa sus esfuerzos, por lo que se busca una “legítima defensa de los intereses de nuestro estado”, pero sin descuidar a entidades que los necesitan más.
El tema fue materia de consulta en la entidad, en que participaron casi medio millón de jaliscienses y eso derivó en un conjunto de documentos, mismos que fueron enviados al Congreso local y cuyo resultado será planteado a la Secretaría de Hacienda.
El planteamiento busca que en ese nuevo modelo los estados más beneficiados sean no sólo las entidades que más recursos necesiten sino las que promuevan la eficiencia recaudatoria y refuercen los lazos de colaboración administrativa entre todos los niveles de gobierno.
Así, los cuatro instrumentos enviados al Congreso son: diagnóstico actualizado de la política de coordinación fiscal; los términos de un nuevo convenio de adhesión de Jalisco al Sistema Nacional de Coordinación Fiscal (SNCF); una propuesta conceptual de un nuevo convenio de colaboración administrativa en materia fiscal entre Jalisco y la SHCP y una iniciativa para la creación del Sistema Tributario Estatal.
En la propuesta de nuevo pacto fiscal se prevé la revisión a la Ley de Coordinación Fiscal y a las participaciones en ingresos federales; de los fondos de aportaciones federales y colaboración administrativa en materia fiscal federal, en tanto que el nuevo convenio de adhesión al SNC con la Ley del IVA; la Ley del ISR y la Ley del IEPS.
Entre las correcciones propuestas al Sistema de Coordinación Fiscal están construir un modelo más justo para estados y municipios, aumentar gradualmente el porcentaje de la Recaudación Federal Participable (RFP) que compone al Fondo General de Participaciones (FGP) y el Fondo de Fomento Municipal (FFM).
Incluir a ese fondo los ingresos obtenidos por el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) por bebidas y tabaco de productos que hoy están excluidos pero que deben ser incorporados, como lo son comida con alto contenido calórico y bebidas energetizantes y saborizantes.
Además sobre el IEPS por gasolinas y diésel gasolinas no se consulta a los estados sobre el aumento a los subsidios, lo que hace caer los recursos del fondo a distribuir. Además que se incluyan gasolinas de octanaje menor a 91 y diésel u otras fórmulas.
La coordinadora General de Análisis Estratégico, Abigail Rizo de la Torre, explicó que aunque anualmente aumentan las participaciones al estado, “en término porcentuales, representan cada vez menos del total del presupuesto federal”.
En el 2005, por ejemplo, “el Ramo 28, que son las participaciones, representaba aproximadamente el 19.2 por ciento del presupuesto federal, y para el 2022 representó el 18.7 por ciento. Entonces a pesar de que nominalmente las participaciones crecen, porcentualmente están estancadas”, lo que perjudica al estado.