También se estaría analizando el problema desde una perspectiva de género: Ana Pamela Romero Guerra, directora de Derecho en el Tec, señaló que la mayoría de los feminicidios son cometidos con armas de fuego.
La directora apuntó que el 50% de las mujeres que adquirió un arma de forma legal para su defensa personal murió por impactos de esa misma arma.
Las armas no están tan estigmatizadas como las drogas. Se puede entender que alguien quiera tener un arma, pero no que alguien quiera fumar marihuana.
Ana Pamela Romero
Wilma Gandoy, también consultora jurídica de la SRE, consideró que liberalizar la venta de las drogas implica que el consumidor asuma los riesgos, pero en el caso de las armas implica "otredad", es decir, que no tiene dominio sobre el efecto que tendrá hacia las vidas de los demás. "Esa es la diferencia entre comercializar las drogas y las armas", dijo.
El embajador y profesor del Tec, Miguel Ruiz Cabañas, destacó que, de acuerdo con cifras del INEGI, en 2020 se cometieron casi 27,000 homicidios con armas de fuego: la mayoría fueron armas de asalto y en su mayoría eran provenientes de EU.
"No hay manera de que México ponga orden, si las organizaciones criminales tienen acceso fácil a estas armas. En México tenemos una crisis humanitaria: miles de jóvenes que matan a otros miles de jóvenes y que por supuesto trabajan para el crimen organizado", indicó.
Ruiz Cabañas consideró que el gobierno de Joe Biden puede ser un aliado de México en el tema de la cooperación bilateral y combate al tráfico ilegal de armas.
Un informe de la SRE señala que en la última década han ingresado entre 2.5 y 3 millones de armas de fuego ilegales a México, y gran parte se encuentran en manos de las bandas del crimen organizado.
Las armas de asalto sí deberían ser ilegales, y debemos dejar establecido que las empresas y los distribuidores sí tienen una responsabilidad.
Miguel Ruiz Cabañas