AGUASCALIENTES, Aguascalientes.— Todavía nadie sabe bien qué es, pero la “nueva normalidad” ya deja en claro que planteará un reto para autoridades y ciudadanos: hallar un equilibrio para al mismo tiempo cuidar la salud y la economía.
En Aguascalientes, el gobierno del panista Martín Orozco optó por reabrir las actividades para todos los sectores esenciales desde el 18 de mayo y, para el resto, a partir del 1 de junio.
En contraposición con el presidente Andrés Manuel López Obrador y el subsecretario de Salud Hugo López-Gatell, Orozco actuó contra los criterios de la Secretaría de Salud federal —que mantuvo al estado en semáforo rojo hasta el viernes pasado, cuando avanzó al color naranja—, estableció sus propios protocolos contra el COVID-19 y consiguió que las áreas de reglamentos municipales avalaran la operación de giros como los restaurantes-bar.