Christian Carrillo coincide con Javier Martin en el sentido de que la renuncia del titular de Tribunal no resuelve la crisis interna, al recordar que en toda institución democrática debe darse dos condiciones: legitimidad y credibilidad para poder impartir justicia en materia electoral.
“Sabemos que si no tenemos un Tribunal electoral funcionando al ciento por ciento a su interior, donde las decisiones se tomen de manera colegiada… Si no tenemos esto, insisto, la democracia en nuestro país está en riesgo y sobre todo por la elección presidencial 2024”, resalta.
Sobre las renuncias en el INE, Luis Fernando Fernández destaca la importancia de que el árbitro electoral se encuentre debidamente integrado de cara al proceso federal en el que estarán en juego más de 20,000 cargos de elección popular, entre ellos, la Presidencia de la República, el Congreso Federal, ocho gubernaturas y la Jefatura de Gobierno, entre otros.
“Son en total nueve posiciones de 18 muy relevantes para el INE que no pueden estar funcionando con encargadurías de despacho. Instamos al INE para que garantice la integración de estas vacantes con perfiles profesionales, con el consenso de las y los consejeros electorales como lo marca la Constitución y las leyes. No pedimos que se impongan perfiles”, resaltó.
¿Quién gana con estos conflictos?
Frente a la lectura del bloque opositor de que tras los conflictos internos del INE y del TEPJF, quien gana es el presidente Andrés Manuel López Obrador, Martín Reyes ofrece otra visión:
“No necesariamente lo leería así; creo que aquí hay una conjugación de dos factores y quizá el más importante es que se trata de pleitos o diferencias internas que ya llevan mucho tiempo”.
Recuerda que desde 2016 año en que se integró la Sala Superior, ninguno de los presidentes ha logrado concluir su encargo de cuatro años.
Janine Otálora fue destituida como presidenta en 2019; luego José Luis Vargas, quien tampoco terminó y, al final, también fue destituido por sus pares y, ahora Reyes Rodríguez, que renunció en situaciones nada claras.
Entonces, aclara, hay como una suerte de inestabilidad institucional que viene prácticamente desde la actual integración, es decir, desde hace cinco años, lo que ha derivado en tensiones y pugnas internas “muy fuertes”.
“Eso se cruza con las presiones políticas y el dato aquí es que Morena y sus aliados solicitaban cambio de presidencia. Reyes Rodríguez es un magistrado al que se le pueden criticar muchas sentencias, pero hay que decir que durante la presidencia de Vargas, el Tribunal vivió su momento más crítico, casi te diría estaba al borde de la desaparición porque incluso los actores políticos decían que era un Tribunal que no podía gobernarse a sí mismo”, narra.
Y destaca que tras la salida de Vargas, el Tribunal dictó mejores resoluciones bajo la presidencia de Rodríguez.
Aunque se reserva su opinión sobre la forma en que Soto Fregoso encabezará la presidencia de la Sala Superior, dice preocuparle que Reyes Rodríguez que había tenido una gestión más independiente, y haya renunciado por presiones de Morena.
“Esto parece chiste, pero es anécdota, porque de los cinco magistrados que actualmente integran el Tribunal Electoral, solo una persona no ha sido designada para ser presidente, que es Felipe de la Mata.
Establece que la presidencia del Tribunal cuenta con facultades importantes, como es el voto de calidad, en caso de empate y en ello, anota, el voto de Soto, quien –recuerda– se reunió con el diputado morenista Sergio Gutiérrez Luna, tendrá un peso decisivo.