En el mismo sentido, el presidente de la Comisión de Marina, Jaime Martínez López, de Morena, aseguró que la reforma “actualiza la misión de la Armada de México mediante la modernización de sus capacidades operativas, estratégicas y tecnológicas”.
Sostuvo que con los cambios se armoniza la legislación con los instrumentos internacionales, como la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar.
Las preocupaciones opositoras
Sin embargo, las bancadas del Partido Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y Movimiento Ciudadano (MC) expusieron sus preocupaciones porque a las instituciones castrenses se les asignen tareas civiles, el Congreso no pueda ejercer sus tareas de control y la ley no incluyó nada al respecto.
La diputada panista Julia Licet Jiménez destacó que con la reforma se eliminó toda referencia al respeto a los derechos humanos, lo que preocupa si se considera la creciente “militarización de tareas civiles”sin que haya "límites claros ni mecanismos de rendición de cuentas” .
Además, los casos de corrupción detectados en la institución (entorno al huachicol fiscal) confirmaron, sostuvo, que “no era correcto ni constitucional otorgar las Fuerzas Armadas atribuciones más allá de la seguridad nacional”.
“Advertimos que eso ponía en riesgo su prestigio y distraía sus verdaderas obligaciones y hoy lamentablemente tenemos la razón. Vemos a la Marina involucrada en casos de huachicol fiscal, consecuencia directa de haber asumido responsabilidades que no les correspondían”, expuso la panista.
Luego la diputada Margarita Zavala, también de Acción Nacional, precisó que su partido respeta a las fuerzas armadas, pero son las autoridades civiles las que deben realizar tareas como las que se han asignado a los militares.
En la discusión, por Movimiento Ciudadano Pablo González Ahued evidenció además la gravedad de que esas nuevas atribuciones se dan sin control del Congreso.
Desde que comenzó la 66 Legislatura no se ha integrado, acusó, la Comisión Bicameral de Seguridad Nacional, misma que debe conocer y evaluar las actividades de las fuerzas armadas.
La diputada del PRI Ariana Rejón alertó también: “Morena no está modernizando la Armada, la está secuestrando”.
La priísta explicó el voto en contra emitido por su partido porque la pretensión de la presidencia es el control político de las fuerzas armadas.
“Este dictamen no nació en los cuarteles navales, nació en Palacio Nacional y huele a control político, no a profesionalización militar. Morena no quiere instituciones militares fuertes, quiere instrumentos políticos obedientes”.
Reclamó que se cierren los caminos a la vigilancia civil de las Fuerzas Armadas, lo que sólo se logra con transparencia, rendición de cuentas, límites claros, “pero esto (la reforma) no es supervisión civil, esto es control político vertical, esto es sumisión de nuestras Fuerzas Armadas a Palacio Nacional”.