Por eso también “queremos proteger la milpa”, pues cualquier maíz que provenga de Estados Unidos no es comparable biológicamente y desde el punto de vista de la biodiversidad con la milpa mexicana.
Esto porque en la siembra de maíz se da una especie de “matrimonio” entre el maíz, el frijol y la calabaza, que crecen juntos, generan nutrientes en la tierra para favorecer el crecimiento de las tres especies entre sí.
La funcionaria expuso por tanto que la reforma a la Constitución que propone la presidenta Claudia Sheinbaum tiene varios objetivos: proteger el maíz nativo, la agrobiodiversidad, la diversidad cultural y la soberanía alimentaria.
“De verdad, México es responsable de lo que pase en el maíz en el mundo, por eso es tan importante” dijo, al recordar la plaga de la papa que afectó a Irlanda en 1840 y causó hambruna en Europa.
La papa “desapareció por una por una plaga. ¿Y quién salvó a la papa? Un producto de domesticación mexicana. Eso fue lo que salvó esa tragedia que hubo en Irlanda”, aseguró.
Es “en las plantas nativas y en las silvestres donde se encuentra información (genética) que no necesariamente tenemos, es decir, ninguna tecnología, ninguna. Por más sofisticada que sea, podrá reemplazar lo que en la naturaleza sucede”.
“¿Por qué tenemos una responsabilidad histórica y mundial? Porque México es la cuna de la variabilidad genética del maíz. Y es aquí donde nosotros somos los responsables, realmente, de un cultivo que hoy en día se extiende a todo el mundo, pero que nació aquí”, dijo Bárcena en reunión privada con diputados, en la sede de la dependencia que encabeza.