Sin embargo, de avalarse las reformas, la SFP tendría tanto las funciones de ejecutar el gasto vía las Unidades de Administración y Finanzas (UAF) que de SCHCP pasarían a su cargo, como la de fiscalizar ese ejercicio de recursos en cada dependencia, a través de los Órganos de Control Interno (OIC), facultades que son su tarea central.
El IMCO alertó que “el riesgo de que la operación, funcionamiento e imparcialidad (de la SFP) se vean comprometidas al recaer en una misma dependencia las compras públicas y su fiscalización”.
Otorgarle de manera simultánea a la SFP las facultades para ejecutar y fiscalizar las compras públicas “podría implicar un conflicto de interés, por lo que es fundamental separar ambas funciones de manera efectiva”, estableció el organismo.
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El IMCO puso especial atención en que, al recaer en una misma dependencia las compras públicas y su fiscalización, no se contaminen ambos procesos. Por eso expuso dos propuestas para que, en caso de que prosperen esas reformas, no se presenten esos escenarios.
La primera es que la SFP, que ahora será responsable de nombrar o remover a los titulares de las UAF, realicen esas tareas con perfiles idóneos y no bajo designaciones directas.
Además, que la SFP se asegure que las labores de fiscalización del gasto y administración de finanzas “se realicen bajo estricta separación”.
Las compras públicas importan no solo porque representan un gasto potencial de poco más de 2 billones de pesos, también son relevantes porque la provisión bienes, servicios y obras se realiza a través del dinero de los contribuyentes.
— IMCO (@imcomx) May 3, 2022
🖋️@ManuGuadarrama escribe en @elsolde_mexico: