En cambio, por ejemplo, el hoy independiente Álvarez Icaza ha logrado, por acuerdo político, participaciones acotadas en tiempo en algunas rondas de discusión, por ejemplo de tres minutos cuando las bancadas tienen 5 o 10 o varias rondas.
Así, presentaron como argumentos la garantía que da la Constitución a todos los legisladores para el libre ejercicio de su función sin “ninguna inquisición judicial o administrativa”.
En este caso, no autorizar la conformación del Grupo Plural “podría constituir una forma de inquisición administrativa violatoria de los derechos fundamentales.
También expusieron que el Congreso de la Ciudad de México permite cuando no se alcance el número para formar una bancada, integrar una Asociación Parlamentaria, además de la experiencia internacional y las garantías que reconoce a los legisladores la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
La negativa a reconocer al Grupo Plural “sería constitutiva de una flagrante violación a los derechos humanos de los que suscriben y actualizaría un grave atentado en contra de la democracia mexicana”, se lee en su solicitud
Los senadores se dijeron conscientes de que la gran mayoría de la ciudanía en México no se siente bien representada y por ello propusieron trabajar de forma “libre de cualquier formación partidista”, sin protagonismos.
El objetivo es buscar “el diálogo como herramienta para solventar las diferencias, que no confronte estérilmente a la sociedad mexicana”.