¿Por qué importan estas modificaciones?
Las reformas fueron aprobadas en un contexto en el que, debido a la emergencia sanitaria por COVID-19, menores de edad han tenido que pasar más tiempo confinados en sus casas, y muchos de ellos conviviendo con sus agresores, de acuerdo con estadísticas y reportes oficiales.
En el dictamen , presentado por las comisiones unidas de Derechos de la Niñez y Adolescencia y de Estudios Legislativos, se menciona que durante este periodo de confinamiento, el 40% de los menores de edad en México sufrió violencia psicológica y física en sus hogares.
Además, al citar a la Encuesta Nacional de Niños, Niñas y Mujeres, del Instituto Nacional de Salud Pública, se destaca que el 63% de los menores de uno a 14 años son sometidos a agresión psicológica o corporal en el mes previo al inicio de clases.
Otro 6% es sometido a castigos severos previo al inicio del periodo escolar, y solo 31% de los menores experimenta formas de disciplina no violenta.
Aunque ya existen diversas normas para proteger a la niñez y adolescencia de diversas formas de violencia, en este dictamen se establece de forma explícita la prohibición de los castigos corporales y humillantes
"Ante la 'aceptación tradicional generalizada' de los castigos corporales y humillantes en la sociedad, la prohibición explicita resulta un paso fundamente para (hacer frente a) la violencia contra niñas, niños y adolescentes, al proporcionar una pauta jurídica para promover políticas públicas dirigidas al cambio de actitudes y de prácticas sociales a formas de crianza no violentas", destaca el dictamen.