En 2013, la aprobación de la reforma energética recibió todos los reflectores; sin embargo, la preparación, discusión y dictaminación de la misma en comisiones del Senado y su aprobación en ambas Cámaras se llevó a cabo fuera de la discusión pública.
Esa legislación, que abría la puerta a la exploración y extracción del petróleo y demás hidrocarburos a empresas extranjeras, fue trabajada previamente por el PRI y negociada con el PAN para poder aprobarla en tiempo récord y presumirla como un "triunfo" del entonces presidente Enrique Peña Nieto.
Sin embargo, esta reforma fue parte de un paquete de modificaciones de ley impulsadas en el Pacto por México, una negociación política anunciada desde el 2 de diciembre de 2012 y que ahora –casi ocho años después– vuelve al debate público debido a las acusaciones del exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, sobre posibles sobornos que se entregaron a legisladores del PRI y del PAN para aprobar varias reformas estructurales contenida en el Pacto, entre ellas, la energética.