La representación de la Pasión de Cristo que se realiza desde hace 182 años en la alcaldía Iztapalapa fue reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Pasión de Cristo en Iztapalapa es reconocida como patrimonio de la humanidad
"Este reconocimiento coloca a Iztapalapa en el mapa mundial de las grandes tradiciones comunitarias y reconoce la fuerza, la identidad y la permanencia cultural de los Ocho Barrios de Iztapalapa, del pueblo de Iztapalapa", dijo Clara Brugada, jefa de Gobierno de la Ciudad de México.
Señaló que la tradición comenzó a mitad del siglo XIX, cuando una epidemia de cólera golpeó a Iztapalapa y se atribuyó al Señor de la Cuevita la supervivencia de la comunidad, por lo cual se comenzó a representar la crucifixión de Jesús de Nazaret de acuerdo con la fe católica.
"A lo largo de 182 años esta representación ha cruzado generaciones, ha resistido el cambio de los tiempos, ha fortalecido el sentido de pertenencia del pueblo originario", afirmó la mandataria capitalina.
Brugada recordó que la Pasión de Cristo fue reconocida por primera vez como Patrimonio Inmaterial por el propio gobierno de Iztapalapa en 2012, cuando ella era jefa delegacional; luego también fue acreditada por el Gobierno de la ciudad en 2012, con Marcelo Ebrard como jefe de Gobierno.
En 2019 se solicitó al Gobierno federal, con Andrés Manuel López Obrador como presidente, gestionar la declaratoria de la Unesco y en 2023 se inscribió esta tradición como Patrimonio Cultural Inmaterial de México.
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Diego Prieto Hernández, titular de la Unidad de Culturas Vivas, Patrimonio Inmaterial e Interculturalidad, indicó que México cuenta con un total de 49 reconocimientos de Patrimonio de la Humanidad ante la Unesco, tanto material como inmaterial, aunque explicó que en el caso del patrimonio inmaterial este significa que requiere de las personas para su continuidad.
"El patrimonio inmaterial, lo vemos aquí (en la representación de la Pasión de Cristo), tiene una intensa materialidad, por eso la UNESCO cada vez más le llama mejor: patrimonio vivo.
"Se trata de todas esas expresiones culturales, cuya producción, reproducción, continuidad, innovación y permanencia, dependen de sus portadores. Si no hubiera quienes se integran a la Representación de la Pasión de Cristo, no hubiera esta expresión, este elemento cultural", detalló Prieto Hernández.