Inundaciones en oriente del Valle de México, por carencias y escasa planeación
Iztapalapa y Chalco, donde 43.9% y 58.1% de la población vive en pobreza, padecen anegaciones desde hace décadas. Especialistas ven necesario apostar por planes integrales y no solo por colectores.
En agosto de 2024, más de 2,000 viviendas de varias colonias de Chalco, Estado de México, permanecieron bajo el agua durante más de un mes.(Foto: Rogelio Morales/Cuartoscuro)
La deficiente planeación urbana, aunada a la saturación de la red de drenaje, las malas prácticas vecinales y la falta de un plan integral, siguen causando estragos en la zona oriente de laCiudad de México durante la temporada de lluvias.
Quienes viven en lugares como Iztapalapa y Chalco sufren el impacto de constantes inundaciones desde hace décadas. Ambas localidades comparten no solo el problema de la acumulación de agua en esta temporada, también están marcadas por la desigualdad.
Especialistas consideran necesario repensar las soluciones más allá de construir colectores o simplemente ampliar el drenaje, tales como restaurar los cuerpos de agua, generar más espacios para captación de lluvia y aumentar las zonas verdes.
En la alcaldía Iztapalapa de la Ciudad de México, 43.9% de sus casi 1.8 millones de habitantes vive en pobreza, mientras en el municipio de Chalco, Estado de México, es 58.1% de sus 449,000 habitantes.
En contraste, en la alcaldía Benito Juárez solo 7.9% de sus residentes se encuentra en esa condición, de acuerdo con el Sistema de información geográfica de pobreza del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
'No estamos a salvo'
La colonia Ejército de Oriente, en Iztapalapa, se cubrió con una mezcla de aguas negras y agua de lluvia el pasado 2 de junio, cuando en la Ciudad de México cayeron -de noche- 10 millones de metros cúbicos de agua.
Casi dos semanas después, el olor a humedad y drenaje permanece en las calles de esta colonia mientras algunos vecinos todavía limpian pisos con cloro y sacan a la calle sus enseres que quedaron inservibles; camiones de limpia de la alcaldía Iztapalapa recogen pertenencias arruinadas por las aguas negras.
“No estamos a salvo todavía”, dice Margarita Téllez, quien confiesa que desde la reciente inundación cada vez que llueve siente preocupación y miedo. Vive cerca del Retorno 3 de Lanceros de Oaxaca, donde los sellos color rojo de un censo de afectados ubican este como uno de los puntos más críticos.
Margarita Téllez, vecina de Ejército de Oriente, perdió muebles y electrodomésticos al ser una de las habitantes cuya casa se inundó con las lluvias del pasado 2 de junio. Diez días después el apoyo económico prometido por el Gobierno CDMX aún no le había sido entregado.(Foto: Shelma Navarrete)
Margarita despertó a la 1 de la mañana y encontró su refrigerador flotando horizontal sobre el agua de lluvia, que en su casa alcanzó casi el metro de altura. Tenía miedo de salir ante el riesgo de una descarga eléctrica al tocar el agua, hasta que uno de sus vecinos desconectó la electricidad de su hogar.
Madre soltera, sostén económico de su hijo y de su hermana, Margarita ve la inundación como una consecuencia del propio descuido de los habitantes –tirar basura en la calle, tapar coladeras– pero también como producto del olvido de las autoridades.
“No se inundó con agua limpia, eran aguas negras. Esas aguas negras son por todo el sistema que no está bien, las tuberías están dañadas, desde el último sexenio como que ya no vienen a desazolvar. Está muy olvidada esta colonia”, comparte.
Verónica Sánchez tiene su hogar en Ejército de Oriente desde hace más de 30 años. Instaló una compuerta en la entrada de su casa para protegerse ante la constante concentración de agua durante las lluvias, pero en esta ocasión no fue suficiente.
“Nos empezamos a preparar porque ya sabemos que sube (el agua), pero esta vez fue demasiada el agua”, comparte.
Aunque pudo salvar su refrigerador, perdió su sala, horno de microondas, colchones y otros electrodomésticos. Además, perdió la mayoría de la mercancía de su tienda de regalos.
“Acababa de surtir mi negocio y así como bajó el agua, todo lo tuve que tirar porque se moja y como son aguas negras luego luego se empiezan a oxidar las cosas”, dice Verónica, quien vive en el callejón de Ignacio Mejía.
Su vecino Juan Arias Quintanar también vio dañado su negocio: en bolsas negras tuvo que tirar leche, crema, papel higiénico y otras mercancías que terminaron en basura. Perdió refrigeradores y vitrinas de su tienda de abarrotes, así como electrodomésticos y muebles de su casa. Estima los daños en más de 200,000 pesos.
“Tengo otro nivel, pero fue poquito lo que recuperé porque estaba solo con mi hijo y fue en segundos cuando nos llenamos, nosotros somos a los primeros que llega todo el golpe de agua. Me censaron lo de la casa nada más, pero lo de la tienda no, porque era lo mismo que la tienda”, dice Juan, quien vive en el retorno 1 de Cazadores de Morelos.
Juan Arias Quintanar, residente de Ejército de Oriente, perdió refrigeradores y miles de pesos de mercancía en su tienda de abarrotes.(Foto: Shelma Navarrete)
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Carencias y deficiente planeación
Luis Zambrano, investigador del Instituto de Biología de la UNAM, señala que fenómenos considerados "naturales", como las inundaciones, son causados en mayor medida por factores humanos.
“Las grandes inundaciones no se deben a basura en la calle, sino a que se ha urbanizado en zonas muy bajas y el agua llega muy rápido a esas zonas ¿Por qué? Porque los ríos que antes llevaban esa agua ahora son súper carreteras –los tubos- que están por debajo de las calles", explica en entrevista con Expansión Política.
Por un lado nos llueve más, por otro urbanizamos donde no debemos y por último la velocidad de la inundación es mucho más rápida porque están los ríos urbanizados y entubados”.
Luis Zambrano, investigador de la UNAM.
Tanto Iztapalapa como Chalco se poblaron décadas atrás como producto del crecimiento de la mancha urbana a partir de la zona central de la Ciudad de México, pues personas a quienes no les era posible costear el suelo en las zonas más conectadas de la capital se extendieron a la periferia en busca de vivienda.
“No es culpa de las personas que están ahí. Uno, hubo una serie de programas gubernamentales que los estableció ahí. Dos, no son los únicos lugares que se inundan en esta ciudad; potencialmente un 60% de la ciudad se puede inundar, desde el centro de la ciudad hacia el oriente”, apunta el doctor en Ecología Básica por la UNAM.
Zambrano advierte que una de las razones por las que las zonas que se inundan suelen ser aquellas donde viven las personas con una menor capacidad económica, es una deficiente planeación urbana.
“Obviamente pesa mucho la actividad económica de la zona”, señala.
Tras la inundación del 2 de junio, trabajadores del Gobierno CDMX realizan labores de desazolve en el drenaje ante el riesgo de más afectaciones durante la temporada de lluvias.(Foto: Shelma Navarrete)
El Índice de Desarrollo Humano (IDH), que evalúa el progreso en tres dimensiones –salud, educación e ingresos–, también muestra la disparidad.
En agosto de 2024, una parte de Chalco vivió bajo el agua durante 35 días por las intensas lluvias. Se registraron 2,000 viviendas afectadas en colonias como Culturas de México, Jacalones, San Miguel Xico, San Isidro, San Martín Cuautlalpan, Villas de San Martín, Los Héroes Chalco y Pueblo Nuevo.
La promesa de una solución para este problema es el Colector Solidaridad, obra que arrancó en noviembre de 2022 con un presupuesto de 115 millones de pesos y que sería puesta en funcionamiento el pasado 9 de junio, según anunció la presidenta Claudia Sheinbaum, sin embargo, las obras continúan.
Las lluvias intensas del 2 de junio nuevamente anegaron las calles y viviendas de la que es considerada la "zona cero" de Chalco, aunque en menor medida que la experiencia del año pasado.
En la Ciudad de México, la jefa de Gobierno, Clara Brugada, anunció la próxima construcción de un colector en Ejército de Oriente, un proyecto que se tiene desde 2011, pero que no ha prosperado por la oposición de vecinos.
“Ya tenemos el proyecto y se va a comenzar. Es la única forma de evitar que esto vuelva a pasar. Esta obra se tiene que hacer por el bien común”, dijo Brugada al recorrer la zona afectada el 4 de junio.
Para Luis Zambrano, la construcción de colectores es una solución a corto plazo para un problema que requiere de una visión a largo plazo.
“Esos colectores me dan la impresión de que son grandes millonadas de dinero a constructores para decir ‘estamos haciendo algo’, aunque luego serán completamente inútiles. Queremos arreglar estos problemas a 'tubazos'. Los tubos son soluciones parciales, pero nunca a largo plazo”, considera el investigador de la UNAM.
La inversión en la Ciudad de México se ha concentrado en infraestructura para expulsar fuera de la ciudad lo más rápido posible. Sin embargo, una sobreexplotación del acuífero provoca hundimientos en la capital, que con los años modifican la posición de los colectores, disminuyendo su funcionalidad.
El doctor en Ecología Básica por la UNAM considera necesario repensar las soluciones más allá de ampliar el drenaje: es necesario restaurar ríos y cuerpos de agua para reducir la velocidad del agua cuando llegue a zonas bajas, así como generar espacios donde la lluvia pueda ser conservada e incrementar las zonas verdes que permiten la captación y filtración de agua en el subsuelo.