Por su parte, Oscar Sosa Hernández, médico epidemiólogo hospitalario, consideró que la disparidad entre las cifras en el registro de casos de dengue –independientemente del origen de los cuadros de enfermedad– habla de una mayor y mejor respuesta a los tamizajes, ya que muchos síntomas pueden confundirse con otras enfermedades virales como gripes o en su caso Covid-19.
“Aquí la importancia es que antes sabíamos que no existía el vector ahora ya lo sabemos y se debe hacer una detección temprana con prevención y medidas específicas”, afirmó.
Expansión Política buscó a la Secretaría de Salud capitalina, a cargo de Nadine Gasman, para conocer el origen de los casos y más información sobre la presencia de dengue en la CDMX, pero al cierre de la edición no hubo respuesta.
¿Riesgo en la capital?
A través de sus redes sociales, la Secretaría de Salud capitalina descartó recientemente riesgos debido a que el clima y la altura de la CDMX no son propicios para la presencia de dengue.
No obstante, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que la urbanización, la movilidad humana y el cambio climático han contribuido a que se eleven los riesgos por dengue.
“Los vectores pueden adaptarse a nuevos entornos y climas. La interacción entre el virus del dengue, el huésped y el medio ambiente es dinámica. Por tanto, los riesgos pueden cambiar y extenderse geográficamente a causa del cambio climático en las zonas tropicales y subtropicales, así como por la creciente urbanización y los movimientos poblacionales,” señala un artículo publicado por la OMS en 2024.
Los especialistas consultados por Expansión Política coincidieron que la presencia del dengue en la capital puede ser cada vez más frecuente por las condiciones climáticas.
“Desde hace unos años se ha observado la adaptabilidad del mosquito y ha ido llegando a zonas donde antes no existía como Puebla, Querétaro y ahora en la Ciudad de México”, afirmó el epidemiólogo Oscar Sosa.
Por su parte, el investigador de la UNAM Carlos Pantoja explicó que el clima –sobre todo en temporada de primavera y verano– y ya no la altura de la Ciudad de México son factores para la presencia del mosquito transmisor por su adaptabilidad a otros ambientes.
“Nosotros tenemos (en Ciudad de México) un verano húmedo, se presentan los dos factores para que el vector tenga mayor actividad: un periodo donde hay agua estancada y hay temperatura suficiente para que se modifique la actividad del vector”, detalló.