El "día cero", previsto para junio de 2024, puso en alerta a las autoridades capitalinas el año pasado. A pesar de que la fecha para que se agotara el agua no llegó, los llamados para resolver esta problemática constante en la Ciudad de México se mantienen incluso con un escenario distinto.
Con Clara Brugada como jefa de Gobierno y con las presas con casi al doble de lo que se registraba el año pasado, los esfuerzos no merman para garantizar las fuentes de abasto de agua en la capital.
“Hoy no tenemos escasez de agua en el Cutzamala, y por lo tanto, ya a estas alturas, el año pasado, estábamos sufriendo de escasez de agua, entonces vamos con un buen manejo del agua”, aseguró la mandataria el pasado 10 de marzo durante la puesta en marcha de un programa de captadores de agua pluvial en mercados públicos.
De acuerdo con la asociación Agua Capital, la crisis hídrica que afectó al Valle de México en el año pasado fue resultado de varios factores, entre ellos: el alto consumo derivado de la pandemia de Covid-19, las escasas lluvias en 2023 y 2024 debido al fenómeno de “El Niño”, que provocó intensas olas de calor y sequías en el país, así como el robo de agua en los caudales y presas que alimentan al Cutzamala y al Sistema de Aguas.
Hoy el escenario es distinto. Las presas que conforman el Sistema Cutzamala registraron durante el primer trimestre de 2025 niveles de entre 57% y 62%, casi el doble de las reportadas en el mismo periodo del año pasado cuando se declaró una “crisis hídrica” en el Valle de México.
De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua, las presas Villa Victoria, Valle de Bravo y El Bosque –ubicadas en el Estado de México y Michoacán– registraron hasta el 20 de marzo un nivel de almacenamiento conjunto de 57.61%
Esta cifra contrasta con los niveles de marzo de 2024 cuando las presas alcanzaron un mínimo histórico de de 34.77%, incluso el Organismo de Cuenca, Aguas del Valle de México tiene registro que la presa Villa Victoria alcanzó su nivel de almacenamiento más bajo el 31 de mayo con 24.61%
El bajo almacenamiento de agua en el Sistema Cutzamala representaba para ese momento un riesgo de crisis hídrica, pues estaba por comenzar la temporada de estiaje y de mayor consumo de líquido.
Aunque los niveles se van recuperando en 2025, el almacenamiento actual aún está lejos de las cifras registradas en 2019.
Posteriormente, la pandemia de Covid-19 obligó a millones de personas en el Valle de México a permanecer en casa, lo que provocó un aumento significativo en el consumo del recurso.
Alejandro Velázquez, integrante del Frente por la Defensa de los Pueblos y Barrios y activista defensor del agua, afirma que el gobierno capitalino no puede asegurar que ya no habrá crisis hídrica, ya que hay miles de capitalinos que han padecido este fenómeno por varios años.
“Hay familias que reciben agua unos días a la semana, algunas horas y la poca que reciben es de mala calidad, esa crisis está ahí y no va a cambiar porque suban los niveles del Cutzamala”, dice en entrevista.
Si bien la mandataria capitalina descartó una alerta, aseguró que parte de las acciones por las que no hay crisis hídrica es por los programas implementados desde su toma de posesión, entre ellos la instalación de gabinetes de agua, el lanzamiento de líneas para la atención de fugas, así como la implementación del C5 del agua, para vigilar tomas y pozos.
La mandataria también anunció en días recientes la instalación de captadores de agua pluvial en mercados públicos, que, una vez que entren en operación, podrán captar hasta 630,000 litros de agua al año, lo que equivale a 63 pipas de 10,000 litros
“De junio a septiembre llueve, y es cuando estamos utilizando el agua de lluvia. Después, ya seguiremos utilizando el agua como siempre. Así que es un ejemplo”, dijo
El gobierno de la Ciudad de México tiene reportados hasta enero de 2025 un total de 73,000 sistemas de captación de agua de lluvia, principalmente en las alcaldías: Iztacalco, Iztapalapa, Tláhuac, Tlalpan, Venustiano Carranza y Xochimilco
Para 2025, se tiene proyectada la instalación de captadores pluviales en 20 mercados distribuidos en toda la capital.
Al respecto, Alejandro Velázquez considera que las medidas anunciadas y puestas en marcha por el gobierno central son de bajo impacto, como el de “Agua Bienestar” ya que es una medida que no resuelve el problema. “Es una medida excepcional, de emergencia, que no puede convertirse en una política pública permanente” , afirma.
En febrero de 2025, el diputado morenista, Miguel Macedo presentó ante el Congreso de la Ciudad de México una propuesta de reforma al código penal de la capital para tipificar el delito de “robo de agua” y se incluye en el vocabulario penal la palabra “huachicoleo de agua”.
La propuesta también establece sanciones de dos a seis años de prisión y multas que van desde los 22,628 pesos a los 33,942 pesos por robo de agua, así como hasta ocho años de cárcel y pago de más de 66,000 pesos por comercialización ilícita de este recurso.
La propuesta se mantiene en la comisión de Gestión Integral del Agua del Congreso de la Ciudad de México.
En este contexto, Manuel Perló Cohen, integrante de la Red del Agua del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, considera necesario que exista una actualización de la legislación a nivel federal y en cada entidad federativa para sancionar de manera efectiva a quien ponga en riesgo el recurso hídrico.
Señala que las presas, ríos y pozos, deben estar vigilados para garantizar que no haya contaminación, robo o huachicoleo de agua.
Explica que según registros de esta casa de estudios, tan solo el caudal que conecta la presa bosques con la presa colorines –las cuales forman parte del Sistema Cutzamala– se tienen detectadas más de 1,000 tomas clandestinas
“No solamente estamos padeciendo una sequía, también un saqueo”
Durante una manifestación por el Día Internacional del Agua, el Frente por la Defensa de los Pueblos y Barrios, demandó a la nueva Secretaría del Agua y al Gobierno de la Ciudad de México que exista transparencia en el manejo de los recursos hídricos.
El colectivo señaló que hay empresas refresqueras, cerveceras, parques de diversiones, hoteles, grandes consorcios y constructoras que son considerados “altos consumidores de agua” y a los cuales no se les ha retirado su concesión para extracción de agua, lo que afecta a los pozos y la distribución de agua a la población en general.
