Migrantes han convertido la Plaza Giordano Bruno, en la Colonia Juárez, en un campamento ante el miedo de ir a un albergue en la Ciudad de México.
Bebés, niños, mujeres y hombres viven en la plaza que se ubica a unos 300 metros de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), donde de lunes a viernes los migrantes hacen fila por horas para pedir cruzar legalmente a Estados Unidos y algunos, los menos, permanecer en México.
Una vez cerradas las oficinas, más de 200 migrantes –principalmente de Haití, algunos de Venezuela– habitan las casas de campaña que han instalado en la plaza, soportando el calor del día y la lluvia de la noche.
“Estamos en la lluvia, en el sol, las moscas muerden a los bebés y los niños. Faltan muchas cosas aquí”, cuenta Patric Sonllazme, de 26 años.