La gran ausente en la ceremonia fue la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, quien envió en su representación al secretario de Gobierno, Martí Batres.
Atravesando filas de acarreados y filtros de acceso resguardados por policías capitalinos, uno a uno llegaron los alcaldes caminando por calles casi vacías.
A la alcaldesa de Álvaro Obregón, Lía Limón, se le permitió atravesar el cerco policial en la esquina de Allende y Tacuba, rodeada por su propia porra, un mes después de que intentara saltar las vallas y denunciara haber sido golpeada en la nariz por un elemento de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC).
Para Limón, una de las nueve alcaldesas y alcaldes de oposición que este viernes inician sus gobiernos, es hora de dejar la confrontación en el pasado.
"Lo que haya sucedido hay que dejarlo atrás, hay que ver hacia adelante y, sobre todo, todos los actores políticos de la Ciudad de México entender que se tendrá que gobernar con pluralidad", dijo antes de entrar al recinto legislativo.
Limón arribó junto con el alcalde de Miguel Hidalgo, Mauricio Tabe, quien insistió en la falta de recursos que enfrentarán los alcaldes hacia el cierre del año e, incluso, ofreció acompañar a la jefa de gobierno ante la Cámara de Diputados para pedir más recursos al gobierno federal.
"No pensemos en colores ni en quedar bien con el presidente o con un grupo parlamentario, vamos a exigir lo que se merece la Ciudad de México y lo que se merecen nuestras alcaldías", sostuvo Tabe.