El uso de este código QR fue lanzado por la administración capitalina desde 2020, con el fin de permitir que más actividades económicas empezaran a reabrir y al mismo tiempo poder rastrear posibles contagios.
La idea es que los ciudadanos puedan saber si estuvieron en algún negocio donde también haya estado alguna persona que dio positivo a COVID-19, pero la mayoría de las personas ignora esta herramienta, según observó Expansión Política en diversos recorridos.
El Gobierno de la CDMX defiende la efectividad del código QR para el rastreo de contagios, pero reconoce que en su uso falta corresponsabilidad de empresarios y ciudadanía.
La medida, anunciada en noviembre de 2020, fue adaptada a la capital con base en modelos similares implementados en China, Inglaterra, Alemania y España, entre otros países, donde sus respectivas autoridades reportan una alta participación ciudadana.
En la CDMX, según datos de la Agencia Digital de Innovación Pública (ADIP), el 18 de noviembre de 2020, en su primer día de implementación, hubo 22,058 escaneos del código, con cinco positivos detectados y una alerta a 250 personas por posible riesgo de contagio. Para el 20 de noviembre, se registraron 296,900 check-in en negocios de las 16 alcaldías, con 46 positivos y 3,927 alertas.
Después, los registros se mantuvieron en el rango de 170,000 a 226,000 diarios hacia diciembre-enero de 2021, pero el número bajó drásticamente para febrero de este año.