Jorge Mijares, presidente de Canirac CDMX, considera que la disposición toma a los restauranteros en un momento en el cual apenas sobreviven económicamente.
“Aceptamos esto por el medio ambiente, pero por otro lado es algo que nos sale muy caro. Aunque las autoridades nos han avisado con mucho tiempo, no es tan fácil sustituir los productos con los que se cuentan por unos que cubran las características que requiere la autoridad.
“Para cumplir con la norma tenemos que estar comprando productos caros que sí nos incrementa en un porcentaje nuestro costo”, asegura.
Para los restaurantes , que van desde pequeñas fondas hasta cadenas internacionales, las ganancias están en los pequeños márgenes.
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