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Comerciante: “Las calles están llenas, pero las tiendas vacías”

Con el regreso del semáforo rojo a la CDMX, comerciantes del Centro Histórico han perdido la esperanza de recuperarse en la temporada navideña.
dom 20 diciembre 2020 02:46 PM
coronavirus en méxico
La CDMX ha tenido una fuerte baja en el número de casos y hospitalizaciones por COVID en las ´últimas semanas.

Cientos de personas aún caminan por el Corredor Peatonal Francisco I. Madero, pero son pocos quienes se detienen a comprar en la Dulcería El Campeón, ubicada en el número 13 de la calle más transitada del Centro Histórico de la Ciudad de México.

“(Los dueños) son mis familiares y estoy a punto de recomendarles que ellos, así se lo digo, cierren. No sale ni para darme a mí, ni ganancia para ellos, ni para lo de la renta. Las calles están llenas pero las tiendas están vacías, tres o cuatro personas en locales, cinco”, dice César, mientras ve a la gente pesar en espera de algún cliente.

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Con la ciudad una vez más en semáforo rojo ante la pandemia de COVID-19, el gobierno capitalino ordenó el cierre de los establecimientos no esenciales e incluso quienes aún pueden abrir se ven afectados por la restricción de tránsito y los filtros vigilados por policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana en las principales calles del Centro Histórico.

César explica que la tienda estuvo cerrada en abril y mayo e incluso cuando se les permitió vender a partir de junio sus ganancias eran menos de una quinta parte comparado con lo que vendían regularmente.

César, encargado de la Dulcería El Campeón

Tenía yo tres compañeros, ahorita ya los despidieron porque no había con qué pagarles.
César, encargado de Dulcería El Campeón

Su esperanza era recuperarse entre los días de Navidad y Año Nuevo, cuando el Centro Histórico está más concurrido por personas que acuden a hacer sus compras de la temporada; sin embargo, el gobierno local aplicó nuevas restricciones en un intento de bajar las hospitalizaciones y muertes por COVID-19.

“Son días importantes, lo digo por mi patrón que lo he notado, según se iba a salir de esta, con esta nos recuperamos. ¡Cuál, vamos más para abajo!

“Muchas compañeras se fueron casi llorando porque sus patrones van a cerrar por lo mismo: deben rentas atrasadas, a parte con este cierre otra renta más", lamenta.

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Esta desesperación también la conoce Bonifacio Escalona, quien hace 30 años abrió Antojitos Gante y este año ha luchado por mantener en pie su negocio en Gante número 8.

“Cerramos nosotros dos meses y después cuando volvimos fue como volver a empezar. Ni gente pasaba y no teníamos ventas; ahorita más o menos, pero no sacamos los gastos. Sacamos apenas para los trabajadores, para volver trabajar pero para la renta no, de hecho estamos endeudados con la renta”, cuenta Bonifacio.

Bonifacio Escalona, dueño de Antojitos Gante. Foto: Shelma Navarrete

La carga de pagar los sueldos, seguro social e impuestos a la Secretaría de Hacienda sumado a que los propietarios del local rechazaron bajar la renta del local, lo obligó a despedir a la mayoría de sus empleados.

Antes de esta temporada pensaba ya mejor abandonar el local pero dije ‘a lo mejor en diciembre se compone un poquito’ pero mira, ahorita con esto pero, definitivamente se viene abajo el local.
Bonifacio Escalona, dueño de Antojitos Gante

Bonifacio señala que la venta de las tortas, aguas frescas y licuados se había comenzado a recuperar en la última semana y esperaba que esto continuará por la temporada navideña, sin embargo ahora la opción que considera es pedir apoyo al gobierno.

“Así uno por uno que vaya ni caso le hacen; yo digo que si a lo mejor nos uniéramos ya seríamos 500 comercios por aquí y de alguna manera manifestarnos. Que nos apoyaran con un préstamo, que no nos lo regalaran, pero de esa manera seríamos más o menos felices y pagaríamos algo de lo que debemos”, señala.

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Verónica Romero se considera afortunada de poder seguir en su puesto de periódicos, en la esquina de Gante y Venustiano Carranza, aunque sabe que por las restricciones del semáforo rojo acudirá menos gente y sus ganancias se reducirán.

“De momento, vamos a seguir trabajando mientras nos lo permitan las autoridades como medio de comunicación, porque uno trae la información", comenta.

Verónica Romero, vendedora de periódicos y revistas. Foto: Shelma Navarrete

Ojalá la gente también entendiera que nos hubiera ayudado mucho si solamente viniera a lo necesario, no a pasear, no traer a los niños, a los abuelos.
Verónica Romero, vendedora de periódicos y revistas

Tras pedir prestado a amigos y familiares así como empeñar pertenencias para sobrellevar el cierre de dos meses al inicio de la pandemia, Verónica no cuenta en este momento con una opción para enfrentar otro cierre.

“Creo que apenas nos empezábamos a recuperar y ni a quién pedirle. No creo que alguien ya me preste y no porque no quieran sino porque no pueden, tal vez agarré a mis amigas con algo de dinero pero todas estamos en la misma situación que somos cabeza de familia”, sostiene.

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