Daniel Robles, dueño de un puesto de frutas, afirmó que no perdió mercancía porque surte solo lo que va a vender en el día; sin embargo, sí acabó con sus ahorros al no poder vender, en su caso, por cinco semanas.
Aunque ya deseaba regresar, piensa que debe estar preparado en caso de que se registre un incremento en los contagios y que la capital regrese a semáforo rojo.
"Todos estamos con el Jesús en la boca porque sabemos que esto no se va a acabar de la noche a la mañana. Uno sigue las reglas, pero si llega a haber otro brote… tenemos que prepararnos otra vez para poder comer, porque los compromisos y deudas pues ya se vienen estancando", advirtió.
"Los intereses no paran, trabaje usted o no trabaje, a mí me vale chicle. Ahí es donde uno se pone tenso con la familia, con la pareja, y aunque quisiera uno buscar otro trabajo, no hay".
En la ciudad hay 10 rutas de mercados sobre ruedas registradas entre la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco), así como 1,500 tianguis con 350,000 personas y alrededor de 100,000 vendedores registrados en el Sistema de Comercio en Vía Pública.
Hoy, al igual que el resto de los sectores económicos de la capital, todos ellos buscan empezar a reponerse del golpe que ha significado la emergencia sanitaria por el COVID-19.