“A la población no le podemos pedir que se lave las manos a cada rato si no hay agua, así que para nosotros es una prioridad dotar a la alcaldía del servicio de agua (...) Además, coincide la etapa de mayor escasez o temporada de estiaje con el COVID-19”, señala Brugada en entrevista.
“En Iztapalapa tenemos un problema histórico de escasez. Lo que hicimos en la alcaldía fue echar a andar un programa emergente de abasto de agua, que consiste en desarrollar un mecanismo en cada colonia donde sabemos que tenemos falta de agua”, explica.
La alcaldía rentó 250 pipas, ya que las 160 unidades de su propiedad no son suficientes para toda la demarcación, donde el abasto del líquido no es el único problema. Otro asunto relevante es el golpe a la economía local que ha significado la suspensión de numerosas actividades públicas.
Un ejemplo de lo anterior es la modificación del viacrucis, que por primera vez se realizó a puerta cerrada, solo con el acceso de los actores y del personal de logística, cuando en 2019 la representación de la Pasión de Cristo convocó a 400,000 personas y significó una derrama económica de 318 millones de pesos.
Tras comprobar que Jesús ha muerto, atravesando una lanza en su costado, su cuerpo es bajado de la cruz. Una procesión encabezada por María Soledad, su madre enlutada, se encarga de llevarlo hacia el Santo Sepulcro. #ViernesSanto #177Representación #SemanaSantaEnIztapalapa2020 pic.twitter.com/6NNRXQHjoF
— Alcaldía Iztapalapa (@Alc_Iztapalapa) April 10, 2020