CDMX, ante el reto de formar policías y contener al crimen organizado
El gobierno de la CDMX tiene el objetivo de sumar 5,000 nuevos policías para recuperar el estado de fuerza y el reto de evitar que el crimen organizado se expanda y se adueñe del comercio informal.
La Ciudad de México debe cubrir en el próximo año un déficit de 5,000 policías y al mismo tiempo mejorar la capacitación y permanencia de sus elementos para atender los niveles de violencia que existen actualmente en la capital del país, señala Omar García Harfuch, titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC).
En el Encuentro Expansión sobre seguridad en la CDMX, García Harfuch explicó que la meta es cubrir los puestos faltantes durante este año, aunados a los 3,200 cadetes que son entrenados en la Academia de la Policía.
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Actualmente, la Ciudad de México cuenta con menos de 26,000 policías preventivos, cuando hace más de 10 años, en el gobierno de Marcelo Ebrard, se tenían 30,000, por lo que se busca recuperar el estado de fuerza que se ha disminuido.
El Secretario de Seguridad señaló que se requiere una capacitación profunda para los policías, pues hasta hace unos meses solo se les daba tres de meses de instrucción, lo que generaba elementos sin la preparación necesaria y con un bajo compromiso con la ciudad.
Los cadetes tendrán a partir de este año una preparación de ocho meses, de los cuáles dos son en calle para ponerlos a prueba. Al terminar su formación serán distribuidos entre las subsecretarías de Operación Policial, de Tránsito, de Inteligencia y de Participación Ciudadana.
Formar estos 3,200 nuevos elementos cuesta alrededor de 200 millones de pesos, sin embargo García Harfuch planteó que es un inversión necesaria para fortalecer su compromiso.
Lo que queremos es que un policía salga 10 veces más comprometido de ser policía.
Omar García Harfuch, secretario de Seguridad Ciudadana de la CDMX
El diputado sin partido, Guillermo Lerdo de Tejada, señala que pese al incremento en el número de elementos y su preparación, aún no se alcanza el ideal y también es necesario mejorar las condiciones de trabajo de los policías, así como invertir en inteligencia y tecnología.
“Celebro que se va a ampliar aunque sea unos meses la capacitación, ojalá algún día aspiráramos a ejemplos como Colombia o España donde tienen un año y medio de preparación y otro año y medio en la calle para poder ser policías”, dice el presidente de la Comisión de Administración y Procuración de Justicia en el Congreso local.
Es lamentable ver escenas de policías que son agredidos, que son vejados, que los propios policías no saben cómo reaccionar.
Guillermo Lerdo de Tejada, presidente de la Comisión de Administración y Procuración de Justicia del Congreso CDMX
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Capacitar desde cero a los 5,000 elementos de la policía para regresar a los 30,000 policías que tenía la Ciudad de México diez años atrás, requeriría al menos de cuatro años y una fuerte inversión de recursos públicos. Por ello, se decidió tomar a oficiales de la Policía Bancaria e Industrial y de la Policía Auxiliar para completar el cuerpo policial, explicó Harfuch.
Para Eduardo Guerrero, socio fundador de Lantia Consultores, hay riesgos en la integración de 5,000 elementos ante los repetidos ejercicios de “reclutamiento, capacitación y depuración”.
¿Qué ajustes hacer que nos alejen de este ciclo continúo de reclutamiento, capacitación, depuración, donde gastamos miles de millones de pesos?
Eduardo Guerrero, experto en seguridad
El experto en seguridad explica que se gasta mucho dinero en reclutar y capacitar para luego separar a los policías, que en algunos casos alimentan las bandas criminales. "Uno de cada 10 sicarios es un expolicía",señala Guerrero, de acuerdo información de su consultora.
“¿Cómo podemos evitar este ciclo vicioso en el que estamos metidos? Porque a parte en el tema de depuración, los controles de confianza no son fiables, pero aun con eso se siguen haciendo los controles como siempre”, plantea.
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Al respecto, García Harfuch reconoce que en el pasado se hicieron “depuraciones muy absurdas”, que se basaban solo en el examen de control de confianza, pero sin analizar las causas.
Algunos policías que pasaban los controles de confianza resultaban ser delincuentes relacionados con delitos de alto impacto.
“Nosotros queremos depurar no a criterio de Asuntos Internos ni de control de confianza, debemos depurar con base a cosas reales", señala García Harfuch, quien dice que eso significa llevar a cabo buenas investigaciones internas.
La clave será una colaboración cercana con la Fiscalía General de Justicia (FGJ) para detener a aquellos elementos que participen en delitos como secuestro, extorsión o venta de drogas.
¿Se terminó el oasis?
El diputado Lerdo de Tejada señala que la seguridad se descuidó durante al menos los últimos 20 años en la Ciudad de México, pues mientras las noticias sobre la presencia del crimen organizado en los estados llenaban primeras planas, la capital se consideraba un “oasis”.
El fenómeno delincuencial va cambiando y las instituciones no necesariamente se van adecuando a esos nuevos retos.
Guillermo Lerdo de Tejada, diputado de la CDMX.
“Durante décadas mientras se venía descomponiendo el clima social y migrando el fenómeno delincuencial a la ciudad con el tipo de delitos que se cometía, el uso de mayor violencia, de armas, secuestros, las instituciones no supieron adecuarse”, considera el legislador.
Los cambios legislativos
Con la creación de la Ley Orgánica de la Secretaría de Seguridad Ciudadana se abrió la posibilidad de que los policías ahora participen en labores de investigación, pues no tenían un marco legal que les permitiera que estos conocimientos de conducta delictiva tuviera una repercusión directa en la construcción de políticas públicas, expone el diputado local José Luis Rodríguez Díaz de León.
“El proceso de investigación estaba en manos de la Procuraduría General de Justicia siempre y cuando se derivara de una carpeta de investigación”, sostiene el integrante de la Comisión de Seguridad Ciudadana.
El policía local no tenía la posibilidad ni la herramienta jurídica de poder generar un proceso que les ayude a desarticular al crimen.
José Luis Rodríguez Díaz de León, integrante de la Comisión de Seguridad Ciudadana en el Congreso CDMX
Esto da la facultad a los policías no limitarse a la tarea de vigilancia y patrullaje, sino que el conocimiento que tienen sobre las conductas delictivas y focos rojos del crimen sea aprovechado para diseñar estrategias de seguridad.
"Tiene que ver con la posibilidad de que lo que sucede en territorio, en inteligencia social, del conocimiento que los propios elementos tienen de lo que está sucediendo pueda ser aplicable”, detalla Díaz de León.
De acuerdo con el experto Eduardo Guerrero, esta aparente calma en la ciudad se sostenía en cinco elementos: la centralización del mando policial, un superávit de elementos de la Policía, supervisión constante de taxistas, gran oferta de educación media superior y superior y por último, control del comercio en vía pública.
Sin embargo, este quinto elemento es el que se encuentra en crisis, pues los vendedores en vía pública han pasado de ser dirigidos por líderes y funcionarios locales a pagar piso a grupos criminales como la Unión de Tepito.
“Las rentas informales que salían de ese mercado de comercio informal se le entregaban a funcionarios del Gobierno de la Ciudad de México para asuntos de campañas políticas, algunos ‘bonos salariales’ de funcionarios”, afirma.
El esquema clientelar-político que se creó en los gobiernos de izquierda, nos salvó de que fuera alimentado financieramente el crimen organizado durante muchos años.
Eduardo Guerrero, experto en seguridad
El abandono de las instituciones de seguridad fue evidente para Clara Brugada, alcaldesa de Iztapalapa, quien al asumir el cargo adquirió y donó 26 patrullas ante la escasez de vehículos.
“Tenemos diez sectores de policía en Iztapalapa y cuando llegué en octubre de 2018 estaban vacíos, teníamos en Iztapalapa 100 patrullas para casi 2 millones de habitantes. No había ni suficientes elementos ni suficientes patrullas”, cuenta.
(La violencia) tiene que ver con la falta de capacidad de dirimir conflictos de forma pacífica, la utilización del alcohol y drogas en combinación con armas de fuego, yo le llamo: la ‘trilogía del diablo’.
Clara Brugada, alcaldesa de Iztapalapa
Fue en julio de 2019 cuando Iztapalapa pasó de 100 a 336 patrullas. A la par la alcaldía inició una estrategia llamada “Diálogos por la paz” en las 22 colonias con más delitos de alto impacto –en especial homicidios–, a donde acudieron funcionarios de la alcaldía y jefes de sector para crear una relación con los habitantes.
“El tipo de policía que se requiere es uno integral que pueda estar cercano a la población, pendiente de lo que pasa en su cuadrante, que tenga la inteligencia y la tecnología, ese es el reto", agrega Brugada.
Ante la situación, el principal reto construir una política de seguridad a largo plazo al mismo tiempo que se atiende lo inmediato, considera Lerdo de Tejada.
“Cuando tienes décadas de olvido de las instituciones sí te enfrentas a un reto mayor. (…) Creo que lo que esta ciudad tiene que comenzar a hacer es pensar en el largo plazo; eso pasa por diseñar estrategias no de uno o dos años sino estrategias de largo aliento”, comenta el legislador.