Alessandra Rojo de la Vega ha pasado de compartir su vida en páginas de sociales a marchar junto a miles de mujeres hacia el Zócalo, portando un pañuelo verde y un letrero con la consigna “Para que mi hijo no sea un macho y mi hija no tenga que luchar”.
En 2018, llegó casi por sorpresa al primer Congreso de la Ciudad de México. Obtuvo su diputación por la vía de la representación proporcional con base en el principio de paridad de género. Desde entonces, es una de las dos integrantes del grupo parlamentario del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en el Legislativo local.