Así que, ojo, antes de lanzarte a comprar bolsas compostables, debes tener en cuenta que no son iguales a las bolsas biodegradables y que, el pasado 3 de enero de 2020, Marina Robles, titular de la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema) aclaró que aún no hay ninguna autorización para usar ese tipo de bolsas en el capital del país.
¿Cómo saber que la bolsa que compras es compostable?
Si quieres comprar una bolsa compostable, debes asegurarte que sean hechas de plástico que se degrada biológicamente produciendo dióxido de carbono, agua, compuestos inorgánicos y biomasa, todo a la misma velocidad que el resto de la materia orgánica que se está compostando, sin dejar residuos tóxicos visibles o distinguibles.
Es decir, deben estar elaboradas material que pueda biodegradase como mínimo al 90% en seis meses, si es sometido a un ambiente rico de dióxido de carbono o en contacto con materiales orgánicos.
Este tipo de bolsas deberán integrarse en un plan de manejo que garantice su adecuada gestión y composteo, y así se garantice que sirvan de abono.
De acuerdo con la Sedema, para comercializar o distribuir estas bolsas se requiere la presentación de un plan de manejo ante la dependencia, y hasta ahora no existe ninguna solicitud.
- La diferencia entre bolsas compostables y biodegradables
La diferencia entre estos dos tipos de bolsas es que de, acuerdo con la Ley de Residuos Sólidos, el plástico biodegradable es aquel que "es capaz de descomponerse en dióxido de carbono, metano, agua, componentes inorgánicos o biomasa, como resultado de la acción de microorganismos". En este caso, sabemos que el material se desintegrará, sin embargo, no se usará como composta.
En el mercado hay muchas bolsas biodegradables, pero que, a diferencia de las bolsas compostables que sí están permitidas, tardan más de seis meses en degradarse y no sirven para compostas.