A 11 años de implicarla falsamente en al menos ocho delitos, la Procuraduría General de Justicia capitalina (PGJ-CDMX) –hoy a cargo de Ernestina Godoy– ofreció una disculpa pública a la expolicía federal Lorena González Hernández.
"Por las afectaciones ocasionadas, por la violación a sus derechos humanos de legalidad, seguridad jurídica, libertad personal, al debido proceso, a una defensa adecuada, a la presunción de inocencia, a tu vida privada, Lorena, a tu dignidad (...) ofrezco una disculpa pública", expresó este jueves Godoy Ramos.
Lorena González fue detenida en 2008 y pasó siete años en prisión por delitos que no cometió, entre ellos el secuestro y posterior asesinato de Fernando Martí, hijo del empresario Alejandro Martí.
La procuradora capitalina reconoció que en este caso las autoridades usaron testimonios falsos para acusar a la entonces agente federal, quien hoy pidió revisar los expedientes de los otros inculpados, pues al igual que a ella, dijo, les fabricaron los delitos.
Me condenaron y me estigmatizaron socialmente sin un juicio previo.
En junio de 2008, González Hernández era policía de la extinta Agencia Federal de Investigación (AFI) cuando Fernando Martí y otros dos jóvenes fueron secuestrados cerca del estadio de Ciudad Universitaria en la capital del país.
Por este hecho, elementos de la PGJ –entonces a cargo del ahora senador Miguel Ángel Mancera– detuvieron a cinco personas personas, entre ellas Lorena González, a quien presentaron como "la Lore", afirmando que era integrante de La Flor, una supuesta banda dedicada al secuestro y robo.
"El 5 de septiembre de 2008 salí de mi casa, como cualquier otro día, sin imaginar que no regresaría hasta casi después de siete años. Mi familia y yo no esperábamos el infierno que nos estaba preparando el Estado", relató este jueves Lorena González.
La expolicía federal recordó los delitos y el proceso al que fue sometida tanto por el Ministerio Público local como por los jueces que llevaron su caso
"Me acusaron de secuestro, homicidio, intento de homicidio, delincuencia organizada y robo de autos; (sentí que) me moría (...) Después de siete meses (en prisión) se me fabricaron tres delitos más, no les era suficiente lo que me hacían", lamentó.
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Lorena González acusó que, de esa manera, las autoridades se enaltecieron a un costo político, y que mientras ella pagaba por delitos que no cometió, los servidores públicos "se vestían con el disfraz de la 'causa', colgándose una medalla plagada de calumnias".
A más de una década de haber sido incriminada, González Hernández aceptó hoy las disculpas públicas de la Procuraduría capitalina, mientras sus familiares, abogados y amigos le expresaban su apoyo con la consigna "¡Sí se pudo!".