El que haya un funcionario que discrecionalmente autorice o no autorice un polígono puede llevar a la corrupción".
El diputado considera que autorizar grandes desarrollos por encima de los usos de suelo y los Programas Delegacionales es injusto para quienes habitan donde se realizan las obras, pues estas afectan el acceso al agua, la movilidad y los espacios públicos.
"Después, si otro vecino quiere vender o quiere construir, ya está reventada la infraestructura de la colonia. Entonces, en vez de que el patrimonio crezca, (los desarrollos) se comen la utilidad de la colonia", argumenta Aboitiz, quien fue secretario de Obras en la capital durante el sexenio de Marcelo Ebrard (2006-2012).
Al mismo tiempo, dice, los recursos de mitigación que pagan las desarrolladoras son usados para otros rubros y no para mejorar las condiciones de la colonia que recibió el impacto de un gran desarrollo inmobiliario.
"Lo que hace el gobierno es que ese dinero se lo lleva a la gran bolsa de la ciudad y lo ejerce en el presupuesto, en todo", explica el diputado, y agrega que sería mejor que esos fondos se emplearan en reencarpetar calles, cambiar banquetas o arreglar parques de las colonias que reciben obras.
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