CIUDAD DE MÉXICO (Expansión Política).- Era 2017 cuando el entonces jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, presentaba a la capital del país como “ciudad santuario” para los migrantes, es decir, una que buscaría proteger a quienes integran este sector a través de leyes o programas sociales, siempre y cuando estas personas no estuvieran involucradas en actividades delictivas.
Dicha figura tomó relevancia al inicio de la presidencia de Donald Trump en Estados Unidos, debido al endurecimiento de sus políticas hacia la migración indocumentada.
Un ejemplo de estas ciudades es Los Ángeles, California, donde no se permite que la policía detenga a una persona solo para determinar su estatus migratorio. Otro es Chicago, Illinois, donde se establecieron leyes para limitar la ayuda de las autoridades locales en la investigación del estatus migratorio de alguien, salvo cuando exista una obligación legal u orden de un tribunal. Algunos casos más son Nueva York, Washington, DC, y San Francisco.